B.A.P. – PROYECTO MIRAFLORES 2016:
RECUPERACIÓN DE LOS RESTOS EXPOLIADOS DE UN BRIGADISTA INTERNACIONAL.
Salvador Melguizo (Arqueólogo)
Al inicio del mes de octubre de 2016, la Asociación Bajoaragonesa de Agitación y Propaganda ha promovido, con el apoyo de una ayuda de la Diputación Provincial de Zaragoza, las tareas de campo arqueológicas que han permitido recuperar los restos de un combatiente (muy probablemente perteneciente la 9º Batallón de la XIV Brigada Internacional La Marseillaise) fallecido durante la batalla que tuvo lugar en el entorno de la población de Miraflores (Caspe-Zaragoza) a finales de marzo de 1938.
La actuación responde a la continuidad del proyecto iniciado el año anterior, en el que se intervino en otra fosa situada algunos kilómetros al norte, junto a la carretera que une Caspe y Maella, a su paso por el río Guadalope. Allí se exhumaron otros tres cuerpos de brigadistas internacionales, caídos en similares fechas. Tras el análisis arqueológico y documental (objeto ya de publicación[1] en la que argumentamos su pertenencia a la XII B.I. Garibaldi y/o XIV B.I. La Marseillaise) se llevó a cabo su reinhumación el 26 de marzo de presente año. Tal acto[2] quedó enmarcado en un homenaje a las Brigadas Internacionales en el Cementerio de Caspe, al que asistieron algunos representantes de los familiares de aquellos voluntarios, miembros de diferentes asociaciones nacionales y extranjeras, colectivos vinculados, así como nutrido público. Se contó además con la participación institucional del presidente del Gobierno de Aragón y del alcalde de Caspe.
Mientras tanto, seguíamos rastreando el terreno y recopilando testimonios al respecto. Pronto se produjo un nuevo descubrimiento, compuesto por materiales óseos así como otros indudablemente vinculados a la vestimenta y pertrechos de combatientes de la Guerra Civil. Sobre una pequeña elevación, inmediata al cauce de la acequia de Civán, a la altura de la Mina de Soto el Puen y junto a la población de Miraflores, nuestro compañero Manuel Barceló observó que afloraban estos elementos y que parecían proceder de un amontonamiento de tierra y piedras.
Comenzamos a planificar la nueva intervención. La anterior de 2015, fue realizada únicamente con nuestros propios medios, pero para la del presente año, presentamos un programa de actuación a la convocatoria de ayudas para el desarrollo de la Memoria Histórica en la provincia de Zaragoza, promovido por la Diputación Provincial de Zaragoza. Recientemente se ha obtenido la resolución favorable, al igual que para las otras tramitadas con vistas a obtener los permisos administrativos necesarios de la Dirección General de Cultura y Patrimonio del Gobierno de Aragón[3] y del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental[4].
Fruto de los contactos realizados en el acto de homenaje a las Brigadas Internacionales en Caspe, propusimos a la asociación L’ACER[5] que aglutina a familiares de los antiguos voluntarios franceses, la posibilidad de su participación en las tareas de campo. Por ello, hemos contado con la inestimable presencia y ayuda del matrimonio Campos, compuesto por Angèle Campos Sabatier y Juan Antonio Campos. Los progenitores de ambos combatieron el fascismo durante la Guerra Civil. En el caso de Ángele, su padre, Émile Sabatier participó directamente en los combates desarrollados en Caspe en marzo de 1938, durante el periodo en el que fue Comandante de 10º Batallón Domingo Germinal de la XIV B.I.
Hemos aglutinado un equipo interdisciplinar compuesto por arqueólogos especializados, antropólogo, restaurador, técnico en la utilización de drones y voluntarios con el objeto de acometer de manera óptima el trabajo[6].
Con el mismo objeto hemos analizado (y seguimos en ello) una parte del Archivo del Estado Ruso de Historia Político-Social (RGASPI/РГАСПИ). Sobre todo la de su Segundo Complejo Documental referido a las Brigadas Internacionales del Ejército Republicano de España. También se han consultado los fondos relativos a los informes de las unidades militares sublevadas, así como de algunas de la Brigadas Mixtas implicadas del Archivo General Militar de Ávila (AGMAV)[7]. Se ha revisado la documentación del Juzgado de Caspe junto con la del archivo municipal de la ciudad[8]. Se ha recopilado buena parte de la bibliografía de referencia, tanto general como específica. A la par se ha elaborado y sigue en proceso, una compilación de testimonios orales en el área de Caspe.
Como es lógico, y dada la cercanía a la intervención sólo podemos ofrecer un breve avance sobre ella.
La excavación arqueológica ha permitido precisar que en aquella pequeña elevación cercana a Miraflores, yacía el cuerpo de un soldado enterrado a escasa profundidad. Por desgracia, la presencia de algunos de sus restos en superficie no respondía a una erosión natural del terreno. Hemos podido constatar que en fechas relativamente recientes, una pala excavadora actuó allí mismo, removiendo casi todo durante su trabajo. Tal acción pudo estar vinculada a la cimentación de un inmediato tendido de postes de cables eléctricos.
El amontonamiento de tierra y piedras que observamos durante la prospección, respondía realmente a la acumulación realizada por el cazo mecánico tras perforar el escaso nivel superficial y morder con sus dientes la roca de la base.
Sólo una parte del pie izquierdo junto con un fragmento del peroné de la pierna, habían quedado en el lugar que en principio reposaban. El resto fueron dispersados bajo y alrededor de los montones que se acumularon tras cada cazada de la máquina. De esta manera hemos recuperado un conjunto esquelético parcial e inconexo, en el que es palpable que las carencias responden tanto a destrucción mecánica como a ese reciente expolio ¿tal vez accidental?
Lo mismo se puede aplicar a las pertenencias que pudieran haberse conservado. Su testimonio son algún girón y un botón de camisa, un trozo de una prenda de abrigo con forro, otro de jersey, partes de cuero de botas y correaje, pequeños restos de hebillas y trinchas.
Es de destacar que a pesar de su aparente fragilidad, también hemos hallado un cristal completo y parte del otro de las gafas del combatiente.
En cuanto al armamento que debía portar, hemos encontrado una decena de cartuchos 7.62 x 54 R Russian Mosin-Nagant, algunos ya disparados y otros sin haberlo sido. Éstos últimos, dadas las trazas de óxido ferroso en sus bases, debieron formar un conjunto de cinco, unidos en su correspondiente peine. También hemos hallado sueltos algunos ejemplos más de este tipo de pieza cargador de origen soviético. Igualmente, una granada de mano de fabricación republicana (modelo biberón o sifón) completa. A pesar del tiempo transcurrido y de la actuación de la pala excavadora, seguía cargada y activa. La parte superior de aluminio del mecanismo atornillado al tonelete de hierro, estaba completamente oxidada, así como los pasadores de seguridad que retenían la palanca de ignición. Por todo ello, comunicamos el hallazgo a la Guardia Civil, cuya unidad de desactivación de explosivos procedió a inutilizarla inmediatamente.
Además en esta unidad estratigráfica, se han encontrado balas impactadas dobladas, modelo 8 mm. Lebel y Mauser 7,92, lo que indica que el lugar era un reincidente objetivo de los disparos de las tropas franquistas.
A partir de estas evidencias materiales asociadas al cuerpo, parece razonable pensar que el soldado fallecido debía pertenecer a las tropas republicanas. A ello hemos de sumar que de acuerdo a la documentación de la parte vencedora de la contienda, la mayoría de sus caídos fue retirada del campo de batalla para ser inhumados en diferentes cementerios.
Por otro lado, hemos completado la investigación de campo realizando una prospección amplia sobre la cima y laderas en busca de elementos metálicos (fragmentos de granadas Lafitte, cartuchos disparados de Mauser, peines, etc.) situando su posición sobre plano, lo que en una primera aproximación al conjunto nos permitirá señalar los ejes de entrada y avance sobre el terreno de las tropas sublevadas en contra de la línea de defensa republicana. En esta última, y como testimonio de estructuras de almacenaje y descanso, se han observado áreas de “chabolas” que servían como precario refugio, construidas con muretes de piedras en seco y que aprovechan los abrigos naturales del terreno como fondo y cubierta.
Para culminar hemos realizado, en un entorno relativamente más amplio, una búsqueda de las trincheras y posiciones republicanas que no han sido destruidas por las actividades agrícolas y de extracción de gravas. Una vez localizadas e inventariadas sobre el mapa se han correlacionado con las observadas a partir de los vuelos fotogramétricos americanos de 1946 y 1956, lo que nos permite una visión más amplia del campo de batalla en la que enmarcar los hallazgos de nuestra intervención.
Hasta aquí, el resumen de los datos de campo, que se presentan en sintonía con la información documental.
Segunda fase de la Batalla de Caspe de 1938 en el entorno de Miraflores.
La tierra por la que murió el Comandante Rabah Oussidhoum.
En un informe anterior hemos descrito ya buena parte de la sucesión de acontecimientos que llevan hasta la trascendente batalla que tendrá lugar en las orillas de río Guadalope a finales de marzo de 1938, así como la situación y movimientos de las diferentes unidades que se enfrentaron[9]. En esta ocasión, sin volver a incidir excesivamente en ellos, intentaremos concretar aún más sobre el área estricta de nuestro estudio.
Primeras horas del viernes 11 de marzo de 1938. Durante esa noche y con suma urgencia, la XIV Brigada internacional comenzaba a salir de las posiciones que ocupaba en Valdemorillo, muy cerca de El Escorial. Un par de días antes, la ofensiva fascista ha deshecho las defensas republicanas del frente de Aragón. La situación que les esperaba al llegar era una incógnita, aunque los informes del reconocimiento previo ya indicaban que no podía esperarse nada bueno. Por causa del traslado, la unidad se vio obligada a dejar buena parte de su armamento en su lugar de origen. En teoría, debería ser remplazado al llegar a su destino. El 14 por la mañana alcanzaban Tortosa. La situación desastrosa que allí reinaba les privó de recibir tanto información como órdenes necesarias. A falta de ellas, los mandos (el comandante de la Brigada Marcel Sagnier había resultado malherido en un accidente de coche el día 12 y había sido sustituido por Gabriel Hubert) deciden tomar camino de Alcañiz por la ruta de Valderrobres, población a la que llegaron por la tarde. En aquel lugar, el Estado Mayor del 12 Cuerpo de Ejército en retirada, tampoco supo encomendarles objetivo alguno. Por fin, tras contactar con el general Rojo y Enrique Lister fueron enviados a Maella, para esperar las órdenes de la 45 División, en la que deberían integrarse[10].
Por su parte, el periplo del 9º Batallón Commune de Paris de la XIV B.I. le había llevado desde El Escorial, vía Valencia, siguiendo el resto del camino que acabamos de señalar para culminar en Maella.
Élie Duguet[11], entonces Comisario político de este Batallón, recordaría años después, aquella pequeña odisea. He aquí nuestra traducción:
Hubo que subir rápidamente a los camiones y marchar lo más rápido posible hacia Valencia, con el fin de llegar a las zonas de combate. Tras largas horas, llegamos por la carretera de la costa. Pasamos cerca de Benicassim, lugar al que yo había llegado ahora hace justo un año y donde permanecí destinado en el hospital durante muchos meses. Circulábamos hacia Vinaroz, adelantando camiones de naranjas que marchaban a Francia. La gravedad de la situación no parecía notarse entre los habitantes. Al menos es la impresión que se podía tener.
Después, no sé exactamente en qué lugar, volvimos a entrar a la zona interior del país. Allí comenzamos a encontrar algunos carros de campesinos que huían de la guerra, con sus familias, cargamento de muebles, utensilios y maletas. Con Oussidoum, estábamos en el primer camión, adelantados respecto al grueso de nuestras tropas.
Nos detuvimos un momento para dejar pasar aquel éxodo y observar si los demás nos seguían, aunque no debíamos entretenernos. Teníamos que seguir mucho más adelante.
Ya no encontramos más personas huyendo. Al contrario, todo parecía cada vez más calmado, cuando nos apresurábamos circulando sobre la carretera que llevaba a Maella. El camión rodaba a su máxima velocidad.
Delante de nosotros, nada, por detrás aún más vacío. Alrededor de nosotros, los campos también eran un desierto. Avanzábamos sin parar por esta ruta asfaltada y ante nuestros ojos seguía aquella soledad.
Rodábamos, rodábamos, cuando de repente, a toda velocidad, un coche llegó a nuestro encuentro. Se para y dos hombres bajan al camino. Hicimos lo mismo. Con gran sorpresa, a la vez estupefactos y satisfechos, vemos enfrente a unos de los más grandes jefes del Ejército republicano, el comandante legendario del Quinto Cuerpo de Ejército, el mismísimo Modesto, reconocible por la punta de su oreja cortada.
Estaba acompañado por un Comisario político. Iban por delante de los refuerzos ansiosamente esperados, para utilizarlos lo mejor posible y con urgencia.
El encuentro fue extremamente breve, pues no había ni un minuto que perder.
¡Adelante! ¡Pronto! ¡Hasta Maella! Fueron las únicas palabras pronunciadas.
Así fue como nuestro camión llegó el primero a Maella. La pequeña población estaba casi completamente desierta.
El primer Batallón de la XIV B.I. resultó ser una de las unidades más afectadas por la carencia de armas y como consecuencia, tuvo que ser acantonada en reserva en la población de Maella junto al Matarraña durante toda la primera fase de la batalla de Caspe, desde el 15 hasta el 17 de marzo, lo que no evitó que sufriese mortíferos bombardeos[12]. Esa última jornada se perdía ante las tropas franquistas la capital del Aragón republicano. También en ese momento regresaba el comandante Sagnier, quien sustituía al abrumado Hubert e inmediatamente rearmaba, en la medida de lo posible, al Comunne de Paris con los elementos que se iban recuperando de las unidades que huían tras el desplome del anterior frente[13].
En la noche del día 18 al 19 por fin se despliega una parte del 9º Batallón de la XIV Brigada Internacional en el entorno de Miraflores, relevando al 1º de la 100ª Brigada Mixta. Las carencias señaladas también obligaron a participar parcialmente al 556 Batallón de la 139 Brigada Mixta, que debería después disponerse en continuidad hacia el sur de este lugar para completar el despliegue de la 45 División. Solventados los problemas, la segunda compañía del Comunne de Paris establece enlace al norte de la Plana Cabrera (Cota 211), desde la orilla izquierda del Guadalope, con el 13 Batallón Henri Barbusse de la XIV B.I. que estaba en la margen derecha del río. La tercera y la cuarta ocupan desde la meseta hasta la pequeña localidad, quedando la primera en reserva pues seguía sin disponer de armas[14].
Ya por la mañana del 19, desde las posiciones más elevadas de la Cota 211, se observan movimientos sospechosos del enemigo, acompañados durante una hora antes del mediodía por bombardeo artillero. Entre las cinco y las seis de la tarde, la amenaza se concreta en el ataque[15] del 4º Regimiento de la 1ª División de Navarra[16] sobre la cuarta compañía que defiende flanco izquierdo del Batallón francés así como contra parte de la 139 Brigada Mixta. A pesar de llegar a amenazar directamente el puesto de mando republicano en combate cuerpo a cuerpo, los franquistas son rechazados y aunque en principio se contabilizan entre las bajas de los internacionales un muerto y ocho heridos, después se confirma que sólo hubo cinco de éstos. Entre ellos el joven sargento Pierrot[17] (Pierre) Georges[18]. Dos años más tarde, mientras estaba encarcelado por sus actividades políticas en Francia, escribió a su esposa el relato de su experiencia personal en este preciso día y combate (Georges 2009, 20-21). Hace ya algún tiempo planteamos una hipótesis sobre el lugar en que se desarrollaba la acción[19], y nos equivocamos por no mucha distancia. También es cierto que por entonces no habíamos podido leer los aclaradores informes del archivo RGASPI. Recordemos sus palabras traducidas del francés:
Agazapado detrás de un arbusto escudriño con mis prismáticos el borde de un bosquecillo que, a doscientos metros a mi izquierda, finaliza la meseta de Miraflores. A mi derecha, oculto por una colina, se encuentra el pueblo de… [falta el nombre en la transcripción original] que durante tres días y tres noches, los fascistas llevan atacando constantemente. No queda más que una casa en pie pero, entre las ruinas, un batallón de la Garibaldi continúa resistiendo. A un kilómetro más o menos detrás de nosotros, camuflado por otro bosque, una batería de 76 mm., atendida por los antifascistas alemanes, responde golpe por golpe a la artillería de la «Legión Condor». Cada dos minutos, con una precisión pasmosa, los obuses pasan silbando sobre nuestras cabezas, y se pierden por detrás de los árboles que sigo vigilando cuidadosamente.
Durante la noche, por orden del comandante Oussidum, acudí a ocupar con mi sección esta pequeña altura que sobresale ligeramente sobre la meseta, y que también protege todo el flanco izquierdo del 9º Batallón, apostado para la defensa de esta llanura y la carretera hacia Maella. A pocos pasos de mí, dos franceses instalan una batería con una ametralladora Maxim, que el comandante del batallón me ha enviado como refuerzo. Después de haber verificado los objetivos de disparo de la «metra», corro, agachado hacia el otro extremo de mi sección. Cuando paso cerca del FM (el único que posee mi sección) me paro y me quedo junto al tirador. Es un joven de diecinueve años, de Marsella… Once meses en el frente, dos heridas. Con él, sé que el fusil ametrallador está en buenas manos.
Desde hace una hora, esperamos el inicio del ataque que los fascistas han preparado y del que nos advirtieron desde el observatorio de la Brigada. Cada voluntario, para protegerse, ha excavado con su casco y bayoneta, una especie de fosa, de algunos centímetros de profundidad. La tierra echada por delante forma así un pequeño talud… Cada uno aguarda, acurrucado en su agujero, con el dedo sobre el gatillo del fusil y las granadas al alcance de la mano. Durante toda la mañana, la aviación fascista ha descargado toneladas de bombas sobre el pueblo y nuestras posiciones. Hace un momento, un avión de caza Messerschmitt (alemán) llegó para ametrallarnos. Mal lo llevó, porque lo derribaron con la antiaérea del batallón. Por fin, la artillería alemana que disparaba desde esta mañana disminuye progresivamente su fuego. En cambio, la nuestra aumentó su cadencia, los obuses vuelan con velocidad alocada por encima de nosotros. Ahora nuestros cañones disparan delante del bosquecillo, formando así una barrera de fuego. Miro mi reloj que indica las cinco y media de la tarde, el sol se oculta en el horizonte. En la línea de frente, las armas automáticas de los enemigos comienzan a bailar. Por nuestra parte, nadie dispara. La posición que ocupo con mis hombres está aislada del resto del batallón por dos carreteras que pasan por debajo, a la izquierda y a la derecha de nuestro promontorio. Tenemos órdenes de mantenerla hasta el último hombre. De estos dos caminos, uno viene del pueblo y va a Maella, el otro viene de Alcañiz y se junta con el anterior un poco más lejos.
A ochocientos metros, sobre la carretera de Alcañiz, un tanque alemán o italiano se dirige hacia nosotros. Doy la orden al FM de disparar proyectiles antitanque tan pronto como esté a tiro. Veo a lo lejos, a nuestra izquierda a los hombres que salen del bosque y que se dirigen hacia nuestras líneas, fusil en mano… Avanzan mediante asaltos sucesivos. Al mismo tiempo, un enlace del batallón me da la orden de abrir fuego. Inmediatamente me incorporo y ordeno disparar a toda la sección.
En pocos minutos, el ruido llega a ser infernal, las balas silban por todos los lados. Estoy cerca de la ametralladora que escupe constantemente sus cortas ráfagas, un arbusto me oculta hasta los hombros, tengo una rodilla apoyada en la tierra y examino, con mis prismáticos, el avance del enemigo. Los hombres, atrincherados en sus agujeros, cargan sus armas y disparan tranquilamente a los objetivos que les indico. Miro otra vez mi reloj, son las seis y cuarto de la tarde… Me levanto para ir a protegerme en mi trinchera que está a algunos metros, doy un paso, grito y caigo sosteniéndome el vientre con mis dos manos… Me quedo durante un momento inmóvil, asfixiado como al recibir un golpe en la boca del estómago. A penas a cien metros, el tanque continúa con su fuego asesino, a mí alrededor veo las balas rebotar sobre las piedras. Me arrastro penosamente hacia mi agujero, el tanque me dirige una nueva ráfaga y siento un dolor agudo en el muslo y el brazo izquierdo. Escucho las explosiones de los paquetes de dinamita que mis «anti tanquistas» lanzan contra el monstruo de acero, siento la sangre que fluye en mi bota y en mi brazo… Un último esfuerzo y caigo, extenuado en mi fosa. Me tumbo sobre la espalda, saco mi pistola de su funda y espero mirando ese cielo azul. Ninguna nube lo cruza. Hace mucho calor.
Me duele terriblemente el estómago. Quiero mirar la hora, pero me doy cuenta que la bala que me ha roto la muñeca tampoco ha respetado mi reloj. Todavía puedo escuchar el «tac-tac» de nuestra ametralladora y del FM mezclado con las explosiones de granadas, después mis oídos comienzan a zumbar y me hundo poco a poco en la nada.
El día 20 establecen el enlace definitivo por la izquierda y hacia el sur de Miraflores con la 139 Brigada Mixta. Se rectifica la línea de la tercera compañía, desplazándose al oeste hasta lo que Duguet define como “un canal deseché”[20] y que puede corresponder con el brazal o fillola del Soto del Puen de la acequia principal de Civán, que recorre aún hoy el perímetro de la meseta en la Cota 211. Además un cañoneo sobre la segunda compañía causa una baja mortal[21].
Hasta el 26 se mantiene una relativa calma, aprovechada para mejorar la fortificación del sector mediante trincheras y la disposición de alambradas[22]. Ese día se desata la prevista ofensiva, afectando principalmente al 13º y 12º Batallones, situados en el flanco derecho del 9º y en la orilla contraria del río. Pero también la segunda compañía del Commune de Paris va a recibir una buena parte del empuje enemigo. A pesar de ello, resiste con tenacidad todo el día, pero al atardecer, aprovechando las casas y accidentes del terreno, los sublevados del 1º Regimiento de la 1ª División de Navarra (Valiño 1949, 65)[23] consiguen alcanzar una pequeña zona de la elevación.
Por la noche se intentó un contrataque para expulsarlos, pero no tuvo éxito. Ante la necesidad de reestablecer la línea del frente, el Comandante del Batallón, el argelino Rabah Oussidhoum, durante estas primeras horas del día 27 y como tenía costumbre, se ocupa personalmente de recolocar a sus hombres. En el desarrollo de esa tarea, recibió un disparo mortal en la cabeza.
Bereber nacido en 1903 en la pequeña localidad de Darna (Cabilia argelina). Tras pasar allí una difícil niñez se trasladó a la población de Bou-Saada, aunque su profundo anhelo era emigrar a Francia en busca de trabajo y estudios. Para ello era necesario disponer de los documentos que acreditasen su paso por el ejército. Una vez alistado, siguió los cursos de la escuela de suboficiales y fue enviado a luchar en la Guerra del Rif. Tanto el menosprecio como el maltrato que sufrían las tropas de origen norteafricano, así como las crueldades que se cometieron en aquella campaña, le hicieron plantearse seriamente su paso al bando de Abd el Krim. El día que iba a hacerlo resultó herido. Tras recuperarse y regresar a Argelia, finalizó su estancia en el servicio militar.
Con sus papeles en la mano pudo por fin dar el salto al área metropolitana en 1926, aunque ahora acompañado por fuertes inquietudes políticas nacidas de sus recientes experiencias. Trabajó en varias fábricas, afiliándose al partido comunista en 1928. También durante la década de los años veinte, y como recordaba su amigo René Cazala, se enfrentaban al Buró de espionaje de Gerolami[24]. En 1931 estaba en la Renault desarrollando una intensa actividad sindical de agitación, lo que motivaría su despido.
En 1933 participa en las reuniones de la subcomisión norteafricana de la Comisión colonial del Partido Comunista. Entre ese año y el siguiente se desplaza a Moscú, donde recibe formación en los cursos de l’École d’Orient. Tras su regreso a Paris trabaja como conductor de taxi, mientras es además tesorero de la célula comunista de Renault.
Fue uno de los primeros en enrolarse en las Brigadas internacionales (los datos en la documentación varían entre noviembre y diciembre de 1936) y entre sus motivaciones parece que una de las principales fue demostrar que no todos los norteafricanos luchaban con el bando fascista. Ingresó en la XIV Brigada internacional y participó con ella en todos los frentes. El 19 de febrero de 1937 fue ascendido de teniente a capitán, estando al mando de la compañía de ametralladoras del 12 Batallón[25]. El 24 de septiembre de 1937 ascendió a comandante[26], aunque ya ejercía esas funciones en el 12 Batallón Ralph Fox desde junio de 1937 y las mantuvo hasta enero de 1938 en que fue disuelta la unidad[27]. En ese mes pasó como comandante del 9º Batallón Commune de Paris hasta su fallecimiento en marzo de 1938[28].
Durante su estancia, y como muestra de su carácter, adoptó como ahijado en España al huérfano Antonio Lozano, encargándose mientras pudo de su educación y cuidado[29].
Tras su muerte, le sustituye en el puesto su compatriota y amigo, el antes mencionado capitán René Cazala. Ya por la mañana del 27 se recrudece el asalto con fuerte apoyo artillero y aéreo. La 1ª Compañía que estaba en reserva, se desplaza a la derecha de la 2ª, vigilando el río. La Brigada envía también parte de la Compañía de Depósito para enlazar con el 13º Batallón que se batía encarnizadamente en la otra orilla. A las 13:30 la 3ª Compañía, situada en la parte más avanzada de las posiciones, sufre graves pérdidas. Se envía en apoyo una sección del Puesto de Mando, reuniendo como último recurso a los enlaces, secretarios y muleros. Con ellos y un ataque de la 4ª Compañía, se restablece la situación. Hacia las 17 horas y desde el terreno arrebatado a la 2ª Compañía en la cima el día anterior, se lanza una unidad de los sublevados ondeando una bandera republicana. Reconocida la treta, se les deja avanzar hasta tenerlos a tiro de las ametralladoras y son aniquilados.
A las 21 horas y por tres veces consecutivas, se desplaza el asalto hacia el sur, donde defiende la 4ª Compañía. Los combates son encarnizados y de nuevo cuerpo a cuerpo, pero se logra resistir a pesar de las fuertes pérdidas.
Precisamente esta es la zona donde se ha encontrado la fosa, por lo que presumiblemente y en vista de los acontecimientos narrados, el fallecido pudiera corresponder con los combates allí ocurridos el día 27 de marzo a partir de las 21 horas, ya que se pudo disponer de algún tiempo para excavar su tumba antes de abandonar el lugar.
Durante la noche se recibe la orden de repliegue hacia el kilómetro 36 de la carretera a Gandesa. La línea de frente al norte del río ha sido sobrepasada y el 9º Batallón, a pesar de haber mantenido sus posiciones, debe retirarse. Miraflores será ocupado una hora después del mediodía del 28 de marzo. Ese día se combate en el km 36 de la carretera. Al siguiente las diezmadas unidades que restan de la XIV Brigada Internacional se van replegando hacia Maella, siendo acosadas de frente y por sus flancos, puesto que tanto la XII Brigada Internacional como la 139 Brigada Mixta se han desbandado. La retirada continuará hasta el 1 de abril, tras cruzar el Ebro y ser acantonados en Tivenys[30].
La identidad.
Al principio hemos descrito como todo el armamento hallado junto al cuerpo, corresponde con el propio de un combatiente republicano. Además, las balas impactadas en su entorno, indicarían que ese lugar era el objetivo de los disparos repetitivos de las tropas franquistas, bien desde sus posiciones fortificadas situadas a apenas un kilómetro al oeste, bien de alguno de los ataques que desarrollaron y que no tuvieron éxito.
De acuerdo con la documentación consultada y antes referida, en esa pequeña elevación junto a Miraflores, únicamente fue desplegada durante los combates, con absoluta certeza, una parte de la 4ª Compañía del 9º Batallón Commune de Paris de la XIV Brigada Internacional, entre la noche del 18 al 19 de marzo de 1938 y hasta primeras horas del día 28. Es evidente que ello no impide que por aquella zona se movieran militares de otras compañías o batallones, pero también es obvio que en los días de lucha siempre lo fueron de esa única Brigada. Con fecha de 9 de marzo de 1938 se indica que en esa unidad, el 60% de sus componentes eran españoles[31], siendo el resto mayoritariamente franceses y belgas, aunque también los había de otros países.
Llegados a este punto, y como hipótesis más probable, asumiremos que el soldado debía pertenecer al ejército gubernamental y más estrictamente a la XIV B.I., La Marseillaise. Para este lugar concreto, los informes testifican que los combates desarrollados entre el Commune de Paris y el 1º Regimiento de la 1ª División de Navarra a partir de las 21 horas del día 27 serían los que más bajas mortales causaron, y por tanto ésta sería la jornada en la que más probablemente pudo tener lugar la muerte. Recordemos que en la lucha que se produjo la tarde del día 19, al final sólo hubo heridos entre los defensores internacionales.
Por lo demás, resulta extraordinariamente difícil establecer o enumerar una posible relación de víctimas, puesto que no existe una seguridad absoluta a partir de los listados correspondientes, la mayoría de las veces incompletos o no coincidentes al cotejar sus apuntes. Lo que sí podemos observar es que desde el punto de vista de sus redactores, el margen cronológico que define la campaña, se estableció entre la noche del 10 al 11 de marzo de 1938, cuando comenzaba a salir esa unidad del frente de Valdemorillo hacia el de Aragón, hasta el 3 de abril de 1938, jornada del cruce del Ebro.
Entre ambas fechas se desarrollarán las acciones en Caspe, Maella y Gandesa, atribuyéndoles en las memorias de la Brigada y como descriptor genérico: “les combats d’Aragon” o simplemente “Aragón”, aunque es obvio que la parte final se desarrolló en tierras catalanas. Las fechas de captura, desaparición o muerte apuntadas, fundamentalmente indican tal periodo o su equivalente “fin marzo/inicio abril 1938”, siendo muy escasos los ejemplos en que se pueda concretar con mayor detalle cronológico. Al respecto del geográfico, igualmente es mayoritaria la amplia referencia “Aragón” y son pocos los que indican específicamente “Caspe” y aún menos “Miraflores”.
Todas estas limitaciones dificultan notablemente nuestra capacidad de aproximación. Ninguna baja inscrita de soldados de origen español[32] en las Brigadas Internacionales coincidiría rigurosamente con este momento y lugar, aunque es seguro que debió haberlas. El problema es que figuran bajo esos descriptores genéricos de la campaña completa.
Lo mismo ocurre con los belgas. Hemos tomado como base de referencia el listado de prisioneros de guerra y desaparecidos de esa nacionalidad[33] fechado en noviembre de 1938. Tras un primer cotejo con otra documentación, en él se observan inesperadas ausencias (dado que algunos voluntarios aparecen anotados en similares relaciones, pero de franceses), así como de singulares presencias (al ser incluidos también residentes nacidos en otros países pero con dirección de contacto en Bélgica). La suma de los fallecidos, desaparecidos o prisioneros en “Aragón” asciende a 30 personas. Desgraciadamente sólo cuatro casos permiten una cierta aproximación al detalle:
Nicolas Renwa[34] y Joseph Van Hassche[35] desaparecieron entre los días 15 a 17 de marzo en la primera fase de la Batalla de Caspe, muy cerca de la ciudad. Achille Galopin[36] murió durante la segunda fase, a partir del 26 de marzo, en las posiciones ocupadas por el Batallón André Marty. Charles Van Mechelen[37] el día 28 de marzo en las mantenidas por la compañía de zapadores. Si estas referencias no son del todo definitivas para una posible identificación, las de los demás son aún más inciertas.
El caso francés es similar, aunque mucho más extenso[38]. El listado de prisioneros de guerra y desaparecidos debe confrontarse con una multitud de informes prolija de enumerar en este lugar, así como de otras fuentes. En todo caso, y dentro de los casos excepcionales que hemos comentado, señalaremos los siguientes brigadistas vinculados a Miraflores:
Teniente André Beauclair[39], con dirección de contacto en Sartrouville (Seine et Oise), del que se indica su pertenencia a principios de marzo de 1938 a la 2ª compañía del 9º Batallón Commune de Paris y que falleció el 27 o 28 del mismo mes en el Sector Miraflores.
Soldado Henri Guenkine[40]. La orden del día 25 de febrero de 1938 de la Brigada señalaba su traslado desde la Escuela de suboficiales de la XIV al 9º Batallón. Su desaparición no figura en los listados de referencia, pero por el testimonio de su hijo, sabemos que el que fuera por entonces Comisario político de la 45 División François Vittori, hacia junio de 1938, comunicó personalmente a sus familiares en Paris el fallecimiento de Henri en Miraflores.
Capitán Felix Légrand[41], con dirección de contacto en St. Alpinien à Aubusson (Creuse). Estaba encuadrado en la 4ª compañía del 9º Batallón. Se le dio en principio por desaparecido o herido, siendo correcta la segunda circunstancia, dado que falleció en el hospital de la 45 División en el mes de abril. De acuerdo con el testimonio de Élie Duguet[42], Legrand estuvo presente en el combate del día 27 de marzo y parece que allí pudo recibir las mortales heridas.
Comandante Rabah Oussidhoum[43], con dirección de contacto en Billancourt (Seine). Comandante del 9º Batallón. Como ya hemos señalado anteriormente al sintetizar su biografía, murió durante las primeras horas del día 27 de marzo en la elevación de Plana Cabrera, apenas a un kilómetro de los restos hallados. También de acuerdo con el testimonio de Élie Duguet[44], su cuerpo “avait été évacué immédiatement vers la Brigade”. Desgraciadamente desconocemos el lugar donde ésta se encontraba.
Así pues, descartada la presencia del cuerpo de Felix Légrand en el campo de batalla de Miraflores, sólo nos quedan por el momento las otras tres personas indicadas. Nuestros objetivos de trabajo contemplan la realización de pruebas de ADN necesarias para la confirmación o no de estas dentidades.
El balance de bajas de la XIV Brigada Internacional con fecha 10 de abril de 1938 recoge[45] que entre el día 11 de marzo (jornada de salida desde el frente de Madrid hacia Aragón) y el 9 de abril de 1938, hubo unas pérdidas de 2565 combatientes de un total de 5150, es decir, casi la mitad.
Reconstrucción 3d de la excavación finalizada:
https://www.altizure.com/project/580868e969fa6a37bc5ce15d/model
Notas:
[1] Melguizo, S. y Lorenzo, J. I. (2016) “Combatientes olvidados en el frente del Guadalope de 1938: una fosa en la <<Cota 238>>, Caspe (Zaragoza)”, Actas del I Congreso Arqueología Patrimonio aragonés, p. 695-709.
https://www.academia.edu/23407167/Combatientes_olvidados_en_el_frente_del_Guadalope_
http://www.bajoaragonesa.org/elagitador/combatientes-olvidados-en-el-frente-del-guadalope
[2] http://www.bajoaragonesa.org/elagitador/cronica-del-homenaje-los-tres-brigadistas-internacionales-caidos-caspe-1938/
[3] Resolución de 1 de septiembre de 2016. Expte. Nº: 208/2016.
[4] Resolución de 25 de agosto de 2016. Expediente INAGA/500101/57/2016/06418.
[5] Les Amis des Combattants en Espagne Républicaine.
[6] Amadeo Barceló, Manuel Barceló, David Bonastre, Miguel Ángel Capapé, Eduardo Diez, José Ignacio Lorenzo, Santiago Martínez, Alfonso Monforte, Ramón Peris, Nacho Piedrafita, Pedro Rodríguez y Javier Ruiz.
[7] Tarea a cargo de Manuel Barceló.
[8] Tarea a cargo de Amadeo Barceló.
[9] Ver nota 1.
[10] RGASPI. F.545. Op.3. D.399-d.198-201.
[11] Duguet, E., 1994: Avec les brigades internationales sur les routes d’Espagne. Nîmes, 55-56.
[12] El día 15 se bombardean concentraciones de tropas en Maella por la Legión Condor, el 16 la carretera Caspe-Maella por los italianos así como de nuevo la villa por los alemanes. El 17 y 18 prosiguen los ataques sobre la población por la aviación Legionaria (Maldonado, J.Mª. 2009: Aragón bajo las bombas, Zaragoza, CD).
[13] RGASPI. F.545. Op.3. D.399-d. 207.
[14] RGASPI. F.545. Op.3. D.410-d. 97-100.
[15] García Valiño, R. 1949: Guerra de liberación española: campañas de Aragón y Maestrazgo, Batalla de Teruel, Batalla del Ebro (1938-1939), Madrid, 63.
[16] Según Martínez Bande, J.M. 1975: La llegada al Mar, Madrid, 33, estaba formado por el VIII Batallón de América, y los Tercios de Lácar y de Montejurra.
[17] Recuerdo del hecho en Duguet, E., 1994: Avec les brigades internationales sur les routes d’Espagne. Nîmes, 57.
Miembro destacado de la resistencia, realizó el primer atentado sangriento contra las tropas de ocupación en Francia: l’attentat au métro Barbès. Cuando se aproxima el desembarco de Normandía, fue nombrado responsable de los Francotiradores y Partisanos (FTP) del sur de la región de Paris, adoptando el nombre de colonel Fabien. Así participa en la insurrección y liberación de la capital gala en agosto de 1944. En otoño se une a un grupo de 500 hombres formando la Brigada de Paris (Les Fabiens) que se integrará con las tropas aliadas de la división de Patton en su lucha contra los alemanes. El 27 de diciembre de 1944 Pierre Georges moría en Habshein (región de Alsacia) por la explosión de una mina en su puesto de mando (Pennetier, C. (Dir.) 2009: Dictionnaire biographique, mouvement ouvrier, mouvement social, Éditions de l’Atelier, Tome 5).
[18] RGASPI. F.545. Op.3. D.410-d. 97 y 101; RGASPI. F.545. Op.3. D.399-d. 208.
[19] http://www.bajoaragonesa.org/elagitador/le-colonel-fabien-en-el-frente-del-guadalope/
[20] RGASPI. F.545. Op.3. D.410-d. 118 y RGASPI. F.545. Op.3. D.27-d. 59.
[21] RGASPI. F.545. Op.3. D.410- d. 102 – 104.
[22] RGASPI. F.545. Op.3. D.410. 105.
[23] Según Martínez Bande (1975, 33) estaba formado por la VII Bandera de la Legión, I Tabor de Regulares de Tetuán y VII de Larache, aunque durante los días previos, la 1ª División había sido reforzada aún con más unidades (Valiño 1949, 63).
[24] En 1925 se creó por el Consejo Municipal de París un servicio, dependiente del Gabinete del Prefecto de la Policía y dirigido por Gérolami, que teóricamente debía proteger y vigilar a los norteafricanos con residencia en la capital y su área metropolitan (La Revue Coloniale. Organe d’Informations Coloniales, Techniques et Financières, Nouvelle série, 2e Année, nº 12, Septembre 1925, 11).
Esas supuestas tareas degeneraron en ocasiones en corrupción policial como se relatada en: “Les procédés colonialistes envers les chômeurs Nord-Africains”, L’Humanité, 18-4-1927, 4.
Igualmente, se propuso obligar a los parados norteafricanos a inscribirse en esa oficina de la policía si realizaban alguna solicitud de ayudas y que ésta decidiese, tras una investigación, si cumplían los requisitos necesarios o en caso contrario, iniciar su repatriación (“Le gouvernement veut obliger los chômeurs nord-africains à se faire inscrire à un bureau de pólice” L’Humanité, 18-2-1927, 5).
[25] RGASPI. F.545. Op.3. D.417-d. 10bis.
[26] RGASPI. F.545. Op.3. D.367-d. 45.
[27] RGASPI. F.545. Op.6. D.1042-d. 15.
[28] RGASPI. F.545. Op.6. D.1042.-d. 12.
[29] Datos de la biografía tomados de: Aouadène, R. 2015: Un maure dans la Sierra, Alger; Balk, T. 1937: La Quatorcième. D’après des rapports, des conversations, des carnets de notes. Editions du commissariat des Brigades Internationales, Madrid, 29-30; Duguet, E. 1994: Avec les brigades internationales sur les routes d’Espagne. Nîmes, 57 ; Gallissot, R. version mise en ligne le 3 mars 2014, notice OUSSIDHOUM Rabah, HAMIDOU à l’École d’Orient à Moscou [Dictionnaire Algérie] http://maitron-en-ligne.univ-paris1.fr/spip.php?article157305
[30] RGASPI. F.545. Op.3. D.410-d. 107-115; RGASPI. F.545. Op.3. D.410-d. 118-121; RGASPI. F.545. Op.3. D.27-d. 59 y 67.
[31] RGASPI. F.545. Op.3. D.375-d.105
[32] RGASPI. F.545. Op.6. D.450, RGASPI. F.545. Op.6. D.451, RGASPI. F.545. Op.6. D.452 y RGASPI. F.545. Op.6. D.453.
[33] RGASPI. F.545. Op.6. D.241.
[34] RGASPI. F.545. Op.6. D.36 d.37 / RGASPI. F.545. Op.6. D.45 d.160 / RGASPI. F.545. Op.6. D.239 d.24 / RGASPI. F.545. Op.6. D.241 d.3.
[35] RGASPI. F.545. Op.2. D.289 d.12 / RGASPI. F.545. Op.3. D.367 d.124 / RGASPI. F.545. Op.6. D.241 d.3 / RGASPI. F.545. Op.6. D.302 d.14.
[36] RGASPI. F.545. Op.3. D.367 d.124 / RGASPI. F.545. Op.3. D.368 d.40 / RGASPI. F.545. Op.3. D.368 d.73 /RGASPI. F.545. Op.6. D.35 d.35 / RGASPI. F.545. Op.6. D.239 d.15 / RGASPI. F.545. Op.6. D.263 d.32 / RGASPI. F.545. Op.6. D.1194 d.93-95.
[37] RGASPI.F.545. Op.3. D.385 d. 109 y 149 / RGASPI. F.545. Op.6. D.303 d.16.
[38] RGASPI. F.545. Op.6. D.1045.
[39] RGASPI F.545. Op.3. D.378 d. 49 / RGASPI F.545. Op.3. D.385. d.103, d. 110 y d. 116.
[40] RGASPI. F.545. Op.3. D.369 d.90.
[41] RGASPI. F.545. Op.3. D.385 d. 103, d. 110, d. 111, d. 112, d. 114 y d. 116.
[42] Duguet, E., 1994: Avec les brigades internationales sur les routes d’Espagne. Nîmes, 60.
[43] RGASPI. F.545. Op.3. D.385 d. 103, d. 110, d. 112 y d. 116.
[44] Duguet, E., 1994: Avec les brigades internationales sur les routes d’Espagne. Nîmes, 59.
[45] RGASPI. F.545. Op.3. D.399-d. 235.