«Regreso a casa, agotado, con mil maldiciones sobre mis espaldas. Hoy se han fundido casi todas las luces del pasillo que conduce al apartamento en el que malvivo. Un pasillo largo, larguísimo en un edificio de los tiempos del antiguo régimen, desconchado, viejo, ruinoso incluso. Observo que la puerta del apartamento contiguo al mío se encuentra entreabierta. Nunca la había visto así y una voz en mi interior, una voz en mi exterior, me llama: «entra«. Y yo, claro, pues entro. Y el piso está vacío, enorme, sin dividir, con las persianas bajadas. Trece arcos llenan el espacio. Unos arcos que asemejan una catedral. Lleno de velas encendidas, solamente un sillón de cuero se encuentra en medio del lugar. Un fraile, un monje se encuentra sentado en él, con la cabeza apoyada sobre su pecho y en sus manos destacan una bola de cristal con un fuego fatuo en su interior y un corazón, todavía sangrante, en la otra. Levanta la cabeza y lo que me pareció un monje se convierte en una calavera. Reconozco a la dama. Reconozco a la muerte. Y reconozco a mi alma y mi corazón en sus manos»
Así podría resumirse «21 relatos góticos», el primer libro en solitario de Alex Regueiro. Un libro por el que se pasea la muerte de principio a fin. Un libro creado a partir de un mundo que se encuentra entre este y el otro, pero que encontraremos por aquí según qué puertas abramos. Un libro de cuasimicrorelatos. Breves. Pequeñas escenas siempre sin introducción ni continuación. Solo eso, escenas, algo más que fotografías pero sin indagar en el resto de fotogramas que formarían un corto.
Alex usa y, en mi opinión, abusa de la descripción. Es un buen libro para encontrar sinónimos. Sinónimos de gótico, claro. Escenas oscuras, negras, sin iluminación. Personajes dibujados para nosotros al detalle.
Son relatos góticos. Lo dice el título y nada mejor que ello para que nadie se desengañe tras su lectura. No esperen humor ni amor. Se entretendrán con ellos. Pasarán bien el rato y no se les hará largo.
Cualquier otra opinión sobraría, porque entiendo que sobre relatos, cada uno podríamos tener nuestra preferencia. Es un género que cada día se me antoja mas complicado y amplio y por tanto uno puede elegir sin implicar que el resto no sean de una grandísima calidad. Así es el libro de Alex Regueiro: unos relatos con una buena dosis de calidad, pero que ustedes tendrán que opinar si es de su agrado o no.
Petu
