En la antigua Grecia el ostracismo político se utilizaba para desterrar al político de turno. En las polis se reunían los “ciudadanos” y elegían al político que menos les había representado o no había defendido sus intereses. A este político se le condenaba a mano alzada al ostracismo político. Es decir al exilio de la ciudad o polis durante diez años.
La información veraz o no veraz que nos dan las redes sociales es muy rápida, y en consecuencia nuestra opinión de tal o cual tema de actualidad la expresamos en cualquier espacio. En tan solo dos semanas, somos especialistas en Legislación Autonómica, en Derecho Constitucional o licenciados en Geografía e Historia. En unos cuantos días recibimos un master acelerado de Managament Bancario, dirimiendo responsabilidades del saqueo bancario. En unas horas estamos formados como expertos en epidemias y peritos en descontaminación. Incluso en unos minutos aprobamos la oposición a juez y nos atrevemos a repartir sentencias adiestro y siniestro.
En Caspe esa perversión social es mayor, pues a los temas de actualidad nacional, hay que sumar todo la retahíla de: foros, perfiles, y tuits, blogs como La Verdad de Caspe, El Guadalope o el Agitador Bajo Aragonés; medios de comunicación como Radio La Comarca o el periódico La Comarca. Cada uno de estos medios nos informa dando su propia editorial de la actualidad política caspolina y en consecuencia su propia conclusión condicionada.
Los vecinos caspolinos nos hemos convertido expertos analistas políticos municipales, que como si de un viaje lisérgico se tratase, conocemos toda la legislación municipal de arriba abajo, todas las trastiendas de los partidos políticos municipales, la realidad personal de cada concejal, y somos aptos para gestionar brillantemente el ayuntamiento caspolino desde la entrada del edificio hasta la punta del campanario.
Al igual que el españolito medio es capaz de dirigir una selección española de futbol o baloncesto por sus grandes conocimientos adquiridos por la televisión, radio o prensa. Los caspolinos medios somos capaces de dirigir el consistorio caspolino desde el lujo del sofá de casa, de realizar brillantes mítines en la barra de bar, propiciar debates en locales de peñas, montar un pleno en una tertulia de café y guiñote y proponer asambleas en la efusividad del copazo nocturno. Es muy cómodo desde un blog como el Agitador , analizar, comparar, cuestionar, deliberar, reprender, señalar, marcar, opinar, juzgar, advertir, aconsejar, inspirar, sugestionar; en definitiva, patalear y vociferar desde el bienestar que da una red social como pueda ser este blog, un foro, un muro o un tuit.
Otra cosa distinta es ya, poner en práctica toda esa capacidad bíblica que nos han otorgado las redes sociales y por supuesto e indiscutiblemente el pago de nuestros impuestos. Experimentar la realidad en las propias carnes y degenerar el tiempo libre que tiene cada uno en militar, colaborar, crear, trabajar, asistir, concurrir, desarrollar, ampliar, organizar, constituir, establecer, formar, integrar y formarse en lo que el trabajo o la participación política se refiere. A la hora de mojarse y poner en práctica todo ese conocimiento adquirido en los ríos de la realidad política caspolina, la cosa cambia cualitativa y cuantitativamente.
No sé por qué, pensaba, que a raíz del resultado en las elecciones europeas algo se movería en la sociedad caspolina para las próximas elecciones municipales .Quizás por la lectura de mensajes en redes sociales, artículos de blog hablando del éxito de podemos en Caspe, o muros alegrándose de la derrota del bipartidismo corrupto, conversaciones del “ hay que hacer”. No hacía falta ser tradicional en las siglas, solo un poco original en la organización, similar a otros lugares como Guayem en Barcelona, Municipalia en Madrid, Ganemos Zaragoza o Ganemos Alcañiz.
Los caspolinos debemos ser más toscos y rudos en ese tipo de movimientos, en definitiva somos tradicionales con espaldas anchas nos guste o no. En el libro el Bajo Aragón expoliado ya da unas pistas de cómo somos los caspolinos medios en el siglo pasado cuando Adidas selecciono Caspe frente a otras localidades.
A los caspolinos culturetas, burgueses aventajados, nos gusta jugar a la estrategia política sobre un tablero de Risk, con figuras de plástico y sin consecuencias o reacciones con fuego real. Como insiste un bronco y cerril colega mío de filas, “el papel lo aguanta todo “, yo siempre añado, “y la poesía”. En este caso el casillero del blog agitador lo aguanta todo. Estar en el terreno político, en la trinchera, en la palestra municipal, no poder mantener el anonimato en un baño público y sacrificar nuestro tiempo libre ya es distinto, el enfrentamiento de tú a tú, ya no esta tan grato como en un blog, legislar es complejo para dar gusto a todos, y las enemistades pueden condicionarnos la toma de decisiones éticas.
Nos guste o no, y hasta que no se invente o se ponga en práctica otra forma de gestión municipal, es la participación directa en el tradicional sistema democrático del municipio, la única manera de gestionar y participar en el ayuntamiento y en consecuencia en la organización política caspolina. No será por opciones representadas en el arco del ayuntamiento a la izquierda a la derecha o cómo otras que surgen o mutaran. En Caspe , “es más fácil decir las cosas que hacerlas y ponerlas en práctica” en lo que a gestión municipal se refiere .
En el fondo nos gusta votar cada cuatro años y que no nos den la murga más allá del amarillismo y morbo político hasta las próximas elecciones. Usamos como excusa perfecta para practicar voluntariamente el ostracismo político la mediocridad en que se ha convertido la política caspolina. Mediocridad instaurada también en el Bit de las redes sociales o blogs.
Miguel Ángel Insa