Un lector de El Agitador nos envía las instantáneas de unas extrañas piedras que guarda en su jardín. Según nos cuenta, hace años las encontró muy cerca de su campo situado en el término de Caspe. Primero una. Otra poco después (las dos proceden de la misma zona). La pregunta que nos transmite es obvia, ¿qué son? Para intentar despejar la incógnita, lo primero que debemos hacer es retroceder unos cuantos millones de años.
Sabemos que durante el Secundario, la Península Ibérica se hallaba inclinada hacia el Levante y que el mar de Tethys transgredía sus tierras con intermitencia hasta, según dicen los expertos, los 4º de longitud al oeste de Madrid.
Después, durante el Terciario, la Cordillera Ibérica formaba la costa que el mar de Tethys merodeaba.
Fue en el Terciario cuando surgió la depresión del Ebro -íntimamente relacionada con la orogenia alpina-; el macizo del Ebro fue hundiéndose durante millones de años, al tiempo que surgían los relieves circundantes que lo convirtieron, primero en un mar interior (Eoceno) y posteriormente en una depresión endorreica (Oligoceno-Mioceno), hasta que por fin el gran río consiguió abrirse paso hacia el Mediterráneo en el Plioceno.
Y es entonces, en la Era Terciaria, donde podríamos ubicar a las criaturas que observamos en las imágenes (aunque parecidas, se trata de dos piedras distintas). ¿Pudiéramos encontrarnos ante las marcas de sendos fósiles gasterópodos? De ser así, ¿podrían pertenecer al género Nerinea? ¿Quizá de la Era Terciaria, entre el Oligoceno y Mioceno?
Preguntas que dejamos en el aire a la espera de que algún versado en Paleontología se anime a responderlas.
El Agitador Bajoaragonés