JAIME DE URGELL
Jaime de Urgell, nombrado procurador general del reino por Martín I, y casado con una hermana de éste, Isabel.
Lunes, 16 de Mayo de 1412
“Congregados los compromisarios, excepto el honorable Guillermo de Vallseca, por encontrarse indispuesto, hicieron acto de presencia el reverendo y honorable Fray Juan Ximeno, de la Orden de Menores; Fray Juan Nadal, de la Orden de Predicadores, y los señores Antonio de Cardona, Francisco de Vilanova, caballero y Bernardo Roig, en calidad de embajadores designados por el egregio don Jaime, conde de Urgell, quienes hicieron en primer lugar entrega de una carta del citado conde, procediéndose inmediatamente a su lectura.
A la hora de vísperas del día 16, y reunidos en el castillo todos los compromisarios, presentes también los notarios, como asimismo los honorables Pedro Blau., doncel; Ramón Fiveller y Sancho Pérez de Olson, servidores del venerable Berenguer de Bardaxí, en calidad de testigos llamados al efecto, el arzobispo de Tarragona, en nombre de todos los conjueces, manifestó que, habiendo sido en su día declarado no idóneo el honorable Giner Rabasa para intervenir en el trascendental asunto de la sucesión a causa de su imprevisto trastorno mental, y urgiendo por tanto la sustitución del mismo por otra persona de buena fama, pureza de conciencia e idoneidad, todos los compromisarios, unánimemente, elegían a Pedro Bertran, doctor en Derecho, ciudadano de Valencia; levantándose acto seguido de ello la oportuna acta notarial.
Momentos después presentábase ante los jueces el honorable fray Iñígo Alfaro, comendador de Ricla, haciendo entrega de una carta-misiva del Parlamento de Aragón, en la que pedía la pronta resolución de la elección del rey.
Terminada la lectura de esa misiva, respondió el arzobispo de Tarragona, en nombre de sus compañeros conjueces, que ellos, como era manifiesto, estaban dedicados con todo ahínco e incansablemente a fin de acelerar en lo posible la solución del trascendental negocio.
Miércoles, 18 de Mayo de 1410
Unas horas antes de la ordinaria dedicada a la recepción de embajadores, tuvo lugar la celebración de un acto extraordinario: la solemne prestación de juramento del honorable Pedro Bertrán, nuevo compromisario elegido.
La ceremonia tuvo su iniciación en la parte exterior del castillo, con una elocuente exhortación a cargo del maestro fray Vicente Ferrer; terminado lo cual congregáronse todos los asistentes en una sala interior distinta al aula magna, donde procedióse a la celebración de la santa Misa en la que el nuevo compromisario recibió la sagrada Comunión; y terminada la Misa, prestó en alta voz solemne juramento ante la Vera Cruz que sostenía en sus manos el maestro fray Vicente Ferrer y sobre el libro de los santos Evangelio que presentaba el arzobispo de Tarragona.
Acto seguido trasladáronse esto últimos al aula de sesiones, acompañados por los notarios y secretarios, compareciendo inmediatamente los embajadores del mencionado conde de Urgell quienes continuaron en la exposición de sus alegatos y propuestas. Terminada la intervención manifestaron que se personarían nuevamente en la mañana del día siguiente, y así lo hicieron también el viernes y en los día sucesivos, mostrando sus razones a favor del conde de Urgell.”
INFANTA ISABEL
Isabel era hija de Pedro IV el Ceremonioso y su cuarta esposa Sibila de Forciá. Contrajo matrimonio con D. Jaime, Conde de Urgell.
Sábado, 21 de mayo de 1412
“Ante los nueve, reunidos en la expresada sala de sesiones, comparecen los honorables Gerardo Dardevol, caballero y Pedro Ferrer, doctor en Leyes, como embajadores de la ínclita infanta Isabel, consorte del egregio conde de Urgell, quienes hicieron entrega de una carta firmada por la expresada infanta.”
Como quiera que se acercaba la fecha marcada por la concordia de Alcañiz, para poner fin a las deliberaciones….
Sábado, 28 de mayo de 1412
“La sesión celebrada en la mañana de este día por los compromisarios en presencia de los notarios, secretarios y testigos requeridos, tenía carácter de excepcional. En nombre de los nueve ha tomado la palabra el arzobispo de Tarragona para poner de manifiesto que, debido a justas y poderosas razones, habían tomado el acuerdo, usando la facultad que se le había otorgado, de prorrogar el cierre del proceso hasta el 29 de junio próximo; sin que ello implicara lesión alguna ni mucho menos derogación de los capítulos concordados por los Parlamentos generales.
Acto seguido acordóse notificar por escrito dicho acuerdo a los Parlamentos generales. En forma similar, y bajo el sello del reverendísimo señor arzobispo de Tarragona, fue comunicado por escrito en idioma catalán o valenciano, a los parlamentos generales del Reino de Valencia y del principado de Cataluña.”
Este mismo día a Caspe llega un correo del obispo de la ciudad de Segorbe, que entrega una carga a Bonifacio Ferrer, en ella se vuelve a interceder por los derechos del Infante D. Fadrique.
“(..)Hubiera ofrecido todo mi Obispado con tal que a don Federico no le hubiesen faltado los abogados a su debido tiempo; pero si los parlamentos apenas pueden obtener abogados a favor ¿Cómo, pues, imagináis que pueda yo conseguirlos en el Castillo de Segorbe…? Sea, pues, Dios el abogado de don Federico. (…)”
Conclusión
El 24 de junio tuvo lugar la votación. El primero que votó a favor de Fernando de Antequera fue Fray Vicente Ferrer, al que siguieron su hermano Bonifacio, los aragoneses Francés de Aranda, Berenguer de Bardají, el obispo de Huesca, y Bernat de Gualbes que representaba a la burguesía catalana. El Arzobispo de Tarragona, no votó al de Antequera; Vallseca se mostró abiertamente a favor del Conde de Ugell. Así pues, seis votos a favor, dos en contra y una abstención, sirvieron para que Fernando de Antequera subiera al trono de la Corona de Aragón en sustitución de Martin I el Humano.
El primer que votà a favor de Ferran d’Antequera fou sant Vicent Ferrer, al qual seguiren el seu germà Bonifaci Ferrer, els aragonesos Francés d’Aranda, Berenguer de Bardaixí, el bisbe d’Osca i el català Bernat de Gualbes. L’arquebisbe de Tarragona no votà al d’Antequera, tot i que en creia més convenient l’elecció; Vallseca es mostrà obertament a favor del comte d’Urgell. “(…) Teniendo sólo a Dios ante los ojos, y a tenor de los poderes, voto y juramento predichos, decimos y publicamos que los mencionados parlamentos y súbditos y vasallos de la Corona de Aragón deben y están obligados a prestar tributo de fidelidad al Ilustrísimo y excelentísimo y poderosísimo príncipe y señor Don Fernando Infante de Castilla. Y que deben y vienen obligados a reconocer al propio Don Fernando como a su verdadero rey y señor.”
Con esta fórmula, en el pórtico de la iglesia fray Vicente Ferrer proclamaba a Fernando de Antequera rey de la Corona de Aragón.
Així, doncs, per sis vots a favor, dos en contra i una abstenció, fou elegit nou rei l’infant de Castella Ferran d’Antequera, fill de la germana gran de Martí I l’Humà .
La decisión de los compromisarios reunidos en Caspe ha sido enjuiciada de modos muy distintos por los historiadores. Los historiadores castellanos y catalanes coinciden en que la subida al trono aragonés de Fernando de Antequera señala el comienzo de la unidad española realizada a favor de Castilla, pero los nacionalistas catalanes hacen responsables del declive nacional catalán a los compromisarios y a cuanto rodeó las decisiones de Caspe. Los partidarios de la opción castellana consideran que lo mejor para España era la unión de la Corona y de Castilla y se creen en el deber de apoyar y justificar la actuación de cuantos posibilitaron el nombramiento del rey castellano.
Esta diversidad de opiniones se hace patente en la obra de los historiadores Ramón Menendez Pidal partidario del rey Fernando, y del catalán Ferran Soldevila que con su obra “El compromis de Casp” rebatió los argumentos de su colega. La investigación de estos historiadores, data de mediados del siglo XX.
Los catalanes tuvieron en sus manos la posibilidad de rechazar a Fernando, pero la crisis del siglo XIV había dividido al pueblo catalán, no estaban en condiciones de tomar una decisión unánime y mucho menos de imponerla a Aragón y Valencia. Los catalanes aceptaron a “el castellano” ya que la burguesía pensó que sus intereses económicos estarían mejor defendidos por Fernando que por cualquier otro candidato. Una vez en posesión de la corona, Fernando de Antequera supo agradecer el apoyo de la burguesía catalana y en las Cortes de 1413 regularizó de forma estable y permanente la Diputación del General ó Generalitat.
En definitiva el triunfo de Fernando se debió a la división existente entre los reinos que formaban la Corona de Aragón, a los desacuerdos internos, y al apoyo de Benedicto XIII.
El Papa Benedicto XIII intervino claramente en el proceso sucesorio del rey Martín I, aunque no de forma directa, supo mover los hilos de la trama mediante legados y emisarios presentes en los momentos decisivos, enviando escritos a los parlamentos de la Corona y eligiendo a los compromisarios eclesiásticos. En definitiva preparó el terreno intentando salvar las diferencias y divisiones internas de los Estados de la Corona, y la exclusión de los pretendientes al trono afectos al Papa de Roma, (él había sido elegido en Avignon).
Benedicto XIII, como Papa oriundo de Aragón pudo intervenir sin que los aragoneses lo vieran extraño, por la admiración y el respeto filial que le tenían.
El Papa Luna veía en el infante castellano un apoyo en el asunto del Cisma de Occidente, garantizándose la obediencia papal de Castilla y Aragón en unos momentos en que peligraba su pontificado aviñonés. Paradójicamente el rey Fernando de Antequera, retiró la obediencia Papal a Benedicto XIII en 1416.
Como se explicaba en la primera entrega del artículo, los hechos históricos deben analizarse dentro de su contexto social, por ello es importante tener en cuenta la figura de Benedicto XIII para entender el desarrollo del Compromiso de Caspe.
En el Códice que estamos analizando, consta que el 6 de Mayo, embajadores de los reyes de Francia, y especialmente de la reina Violante, comparecieron para reiterar su protesta por el nombramiento de determinadas personas como compromisarios: el obispo de Huesca don Domingo Ram, el prior de la Cartuja Bonifacio Ferrer, el donado Francisco de Aranda y Berenguer de Bardaxí, o lo que es lo mismo, personajes ligados a la Iglesia.
Íntimamente ligada a la actuación del Papa aragonés está la figura de Fray Vicente Ferrer, quien actuó como instrumento de sus planes, basándose en su autoridad moral y en la inclinación hacia don Fernando. Fue el que tuvo el honor de hacer pública la elección del nuevo rey, y de comunicarla al interesado.
Con la información de que disponemos se puede pensar que la elección de Fernando de Antequera fue un acto democrático “inducido” por el Papa Benedicto, pero ¿acaso hoy en el siglo XXI y en el seno de una sociedad democrática no observamos procesos que no nos parecen tan democráticos?
No obstante, sin lugar a dudas la celebración del Compromiso de Caspe, fue un acto sin precedentes que evitó el derramamiento de sangre que se hubiera producido en el caso de que los pretendientes quisieran hacer valer sus derechos por medio de las armas, como en tantas ocasiones ha ocurrido a lo largo de la historia. Por lo tanto celebremos que este proceso se llevara a cabo y que para ello fuera elegida nuestra ciudad.
Una última reflexión: ¿perjudicó Fernando de Antequera los intereses de los aragoneses, prohibiendo la fabla y los dialectos y abriendo el camino para unir más adelante los reinos de Castilla y Aragón, como piensan algunos historiadores catalanes? ¿Que habría sucedido si otro candidato hubiera subido al trono dela Coronade Aragón? Si se hubiera elegido el conde de Urgell… ¿seríamos ahora catalano-aragoneses? Con Luis de Anjou, ¿formaríamos parte de la república francesa?
La Historia no se puede cambiar, pero conocerla nos enriquece.
Mari Carmen Abadía Camón