Las obras en el Castillo de Caspe realizadas durante 2011 y 2012 consistieron en adecuar accesos y estancias principales del edificio. Pero las excavaciones arqueológicas brillaron por su ausencia.
A pesar de todo, algunos restos ocultos bajo tierra, tozudos, se propusieron salir a la luz para poder ser contemplados por caspolinos y visitantes en el espacio aterrazado que asoma a la antigua vega del río Guadalope. Problema a la vista: el proyecto original no contemplaba la recuperación del fragmento del pavimento que vemos en la fotografía y, por si fuera poco, el hallazgo impedía la construcción de un saliente previsto en los planos. Con buen criterio, se decidió no volver a tapar los restos (algo tristemente habitual en España) y se optó por una solución intermedia: incluirlos dentro de la estructura proyectada. Ocultos bajo un espacio cerrado con llave, hoy no pueden contemplarse desde este ángulo.
El Agitador ha tenido acceso a una fotografía tomada durante las obras y hoy la compartimos con todos vosotros.