Salimos hoy del conjunto urbano de Caspe. Tomamos la carretera de Zaragoceta y Miraflores y poco después alcanzamos la llamativa piedra en la que un águila salvaje sujeta con sus garras una escopeta mientras alza el vuelo. No muy lejos de ese conocido lugar, transitado a diario por decenas de caspolinos, se encuentra esta curiosa inscripción. Aparentemente se trata de unas letras mayúsculas, unas iniciales y una fecha, 1902, grabadas en la piedra.
Hay quien afirma que puede tratarse de una inscripción realizada por un cazador con hurón, que acostumbraban a marcar con sus iniciales los cados en los que los hurones podían quedar atrapados si el conejo “renegaba” en su interior.
No sabemos si se trata efectivamente de un aviso para los antiguos cazadores, pero por si esa duda fuera poca, en la misma roca, en la parte inferior nos encontramos con otra inscripción, esta vez una rudimentaria cruz latina y una fecha, 1864. ¿Quiénes serían los autores? ¿Por qué las harían?