Hoy en la imagen de nuestro Caspe desconocido y oculto presentamos la otra cara de un céntrico y discreto edificio de nuestra localidad. Lo que hoy es, a simple vista, una construcción anodina situada en la esquina de la C/ San Vicente Ferrer con la Plaza de Santiago Ramón y Cajal tiene también su lado oscuro, su pasado.
Desde hace un tiempo, en sus bajos alberga una peluquería, y sobre ella tan solo destaca una placa cerámica con la imagen de San Vicente Ferrer y una maraña de cables. Difícil es imaginar con esta descripción que, durante el año 1936, sus amplias fachadas fueran testigos del trajinar de un pueblo a las órdenes del Capitán de la Guardia Civil, el Capitán Negrete.
Fue este, junto con el llamado Círculo Católico donde se planearon los días previos al golpe, el centro neurálgico de la organización de las fuerzas rebeldes en Caspe. Aquí acudieron todos los hombres que fueron reclutados para defender el pueblo por sus cuatro costados, y aquí llegaron también muchos detenidos. Algunos mayores todavía recuerdan una gran fila de hombres inmovilizados, sentados en las aceras junto al cuartel, a pleno sol durante horas.
El edificio fue desmantelado tras la llegada de las columnas de milicianos en julio del 36. Posteriormente se reubicó en “La Rosaleda” y después se trasladó hasta su lugar actual. Poco quedó del cuartel usado durante el conflicto. Tan solo algunas viejas anotaciones en las paredes de su interior…