El saber medieval en la obra de Juan Fernández de Heredia

En la Edad Media existía un concepto cerrado del saber, en cuanto que se concebía como posible la recolección de todo el saber existente: todos los conocimientos jurídicos, históricos, científicos, y astronómicos de la época. A finales del siglo XIV, cuando realiza su ambiciosa obra Juan Fernández de Heredia (1310-1396)[1], la circulación de los libros aumenta y permite la creación de bibliotecas estimables. Un hecho determinante para la extensión del saber en España es el inicio de las impresiones a partir de 1470, que permite el aumento del número de lectores. Es ésta una etapa prehumanista, pero se mantiene el mismo concepto cerrado del saber al que aludíamos al inicio.

Juan Fernández de Heredia es la figura más representativa de la literatura aragonesa del siglo XIV, y es indudable el valor de su obra con un objetivo semejante al de Alfonso X en su Taller: incrementar la cultura y favorecer el uso de la lengua vulgar. Heredia pretendía que el aragonés fuera una lengua literaria y culta, para extenderla en la Corte, en medio de un contexto lingüístico plural: latín, castellano, catalán y francés. Sin embargo, toda la obra de Fernández de Heredia presenta una gran problemática lingüística  por su heterogeneidad. El dialecto aragonés que presenta está muy castellanizado y en él abundan asimismo elementos catalanes y occitanos. Los estudios realizados han señalado como causa de esta falta de unidad la situación de confusión lingüística del momento, la participación de colaboradores (traductores, correctores y escribanos) de diversa procedencia y la variedad de fuentes manejadas.[2]

Todos los manuscritos producidos en el Scriptorium de Fernández de Heredia presentan una apariencia similar: son grandes volúmenes de aproximadamente 400 x 300 mm., escritos en papel de pergamino, con letra gótica del siglo XIV. A excepción de las tablas de contenidos, cada página de texto contiene entre 30-35 líneas en formato de doble columna. La mayor parte de los manuscritos incluye algunas iniciales adornadas y retratos del mismo Heredia, pero el resultado global es una presentación austera.

Las obras de Heredia pueden clasificarse en dos grupos bien diferenciados: las obras de tipo histórico, que son compilaciones de obras anteriores, y las obras de conocimiento del mundo, que son traducciones. En el primer grupo destaca La Grant crónica de Espanya, que tiene tres partes y trata los hechos históricos desde los orígenes hasta Alonso XI; su fuente está en la Crónica de Alfonso X y en la Historia de Godofredo de Monstmouth. También de carácter histórico es la Grant coronica de los conquiridores, que consiste en una suma de figuras de la Antigüedad y la Edad Media hasta Jaime I.

Dentro el segundo grupo, nos ocupamos en primer lugar de la Flor de las ystorias de Orient[3], porque en sus primeras líneas nos transmite el objetivo de toda la obra de Fernández de Heredia.

Por que las scripturas son aquellas que perpetuan la memoria de las cosas passadas et dan muchas de vegadas razonables congettura de conosçimiento et discreccion en las esdeuenideras, por tanto, el muyt reuerent en xp o padre et senyor Don fray Iohan Fernandez d’Eredia, Maestro de la orden de sant Iohan de Gerusalem, conssiderando que las cosas contenidas en esti present volumen podrian, con el fauor de Dios, redmidiar en muyt grant prouecho et sobirana victoria de la xpistianidat et ensalçamiento de la nuestra fe chatholica, mando screuir aquesti present libro.

La Flor se compone de cuatro libros en los que se describen los reinos de Asia, su historia, y, finalmente, se incluye un pasaje sobre Tierra Santa desde la perspectiva de la cristiandad, evidentemente parcial.

El Libro de Marco Polo[4] relata los viajes de su protagonista, perteneciente a una familia de comerciantes venecianos, por Oriente, y describe ese mundo tan diferente por sus costumbres y paisajes. El texto aragonés es una traducción de las muchas que se han hecho del original, Il Milione, escrito en 1298 en una lengua híbrida de francés e italiano. Fernández de Heredia ordenó traducir esta obra por razones políticas y religiosas, según se lee en el manuscrito.[5]

El Libro de Actoridades o Rams de flors[6] ofrece una colección de axiomas de la Biblia y de la tradición cristiana. Recogemos aquí algunas de sus “flores”:

No es cosa de grant laor seyer bueno con los buenos, mas seyer bueno con los malos esta es cosa digna de grant laor.

Los sauios son semblantes al sol et a la luna, los quales dan la lur lunbre a todos. Porque yo deuo muchos al sol et a la luna, empero non sieruen a mi solo. Por que los sauios non tan solament en lur vida huuieron cura del bien comun, antes avn apres lur muert, asin como adelant.

Terminamos este recorrido por el saber medieval recogido en las obras de Fernández de Heredia, con un texto de gran popularidad en la Edad Media, el Secreto Secretorum[7], que es un conjunto de cartas entre Aristóteles y el Rey Alejandro, y una lista de “secretos” para gobernar, donde se incluyen temas morales, de salud y medicina, alimentación, astrología, etc. Como breve ejemplo, veamos cómo se describe el verano:

El verano scomiença quando el sol entra en el signo de aries, et dura novanta et tres dias, et veint et tres horas et quatro part de una hora, et es de diez dias de la salida de março enta veint et quatro dias de iunio. En en aquesti tiempo la nueit et el dia son yguales en sus regnos, et el cuerpo comiença a revenir, el el ayre crexe et los vientos son sueltos, et las nieves regalan et corren a los baxos, et las fuentes manan.[8]

Mari Carmen Martínez Chueca
Licenciada en Filología Hispánica


[1] Heredia nació en 1310 en Munébrega. A los veintidós años ya era miembro de la Orden del Hospital, ocupando cargos en Alhambra y Villel, el de Castellano de Amposta en 1345, la dignidad más alta de la Orden en Aragón. En 1355 es prior de Castilla y León. En 1356, el apoyo de Inocencio VI le vale ser prior de Saint-Gilles, puesto que debe abandonar poco después. Fue Maestre desde 1377 hasta su muerte en 1396. Desde tales cargos, Heredia colaboró tanto con el Papado como con los reyes de Aragón y Castilla, a cuya disposición puso la fuerza militar más compacta de la Cruzada en aquel momento.

[2] Vicente Lagüens Gracia realiza una caracterización lingüística de la prosa herediana en su artículo “Características lingüísticas de la prosa herediana”, en IV Curso sobre lengua y literatura en Aragón, 1996, Zaragoza, Institución Fernando el Católico.

[3]  El Escorial ms. Z-I-2, fols. 1r-57v.

[4]  El Escorial, ms. Z-I-2, fols. 58r-104v.

[5] En la edición de Marco Polo publicada por John Nitti (1980) aparecen abundantes datos sobre la transmisión del libro a distintas lenguas, genealogía de los manuscritos, datos biográficos de quien ordenó la traducción, valoración de su obra literaria, descripción del manuscrito conservado, etc. Para información detallada remitimos a la Introducción de esta edición.

[6]  El Escorial, ms. Z-I-2, fols. 105r-224v.

[7]  El Escorial, ms. Z-I-2, fols. 254r-312v.

[8] BIBLIOGRAFÍA: 1. Juan Fernández de Heredia y su época. IV Curso sobre lengua y literatura en Aragón, 1996, Zaragoza, Institución Fernando el Católico. 2. Cacho Blecua, Juan Manuel, El Gran Maestre Juan Fernández de Heredia, 1997, Zaragoza, CAI.

Juan Fernández de Heredia

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