Hoy en Fondo de Armario les proponemos un corto viaje. Hace unos meses trajimos hasta el escaparate agitador un paraje del término de Caspe: el Suelto. El lugar, al oeste del término municipal, incluye la val de Valdeforcas, un sitio donde el reloj se detuvo hace demasiadas décadas.
Valdeforcas, además de la Ermita de San Martín (http://www.bajoaragonesa.org/elagitador/caspe-desconocido-la-ruinas-de-la-ermita-de-san-martin/) es la parte de El Suelto en la que concentra un mayor número de edificaciones que, si bien en tiempos fueron utilizadas como vivienda, hoy están abandonadas. Porque los tiempos en los que varias familias habitaban el lugar pertenecen al pasado. Ahora, solo cazadores, pastores o propietarios de un puñado de secas hectáreas se dejan ver por el lugar.
Hay quien dice que Valdeforcas, terreno fronterizo del término de Caspe, debe su nombre a la orografía del lugar. El topónimo tendría que ver con la forma de «forca» de los montes que resguardan la val (no es el único lugar de España así denominado).
Por su parte, el Suelto estuvo muy en boga en los años 30. Por aquel entonces Luis Beltrán Escrivá de Romaní, conde de Sástago, Barón de Beniparrell, conde Glimes de Brabante, marques de Aguilar de Ebro, marques de Monistrol de Noya y grande de España, detentaba una inmensa propiedad dentro del término municipal de Caspe, más de 8.000 hectáreas. Su enorme finca fue incluida en la relación de terrenos expropiables por la Reforma Agraria
Durante el mandato del alcalde Enrique Lasheras, muy pocos meses antes del estallido de la Guerra Civil, se consiguió la cesión de la vasta propiedad.
Ahora, aquellas tierras no son más que un lugar idóneo si lo que buscan es desconectar del mundanal ruido y perderse.