La troika de la Europa económica, la que forma la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo cansa ya demasiado. Siempre con las mismas penas, que si los mercados, las primas de riesgo y la crisis puñetera. Pero ahora bien, si de verdad hay un trío que me cansa es el de la troika nacionalista “españo-catalán-aragonesa”. En serio, ese trío me parece insufrible.
En realidad, esta guerra política es cosa de dos principal por no decir exclusivamente. La España grande y libre de Rajoy en un rincón y Catalonia is not Spain de Mas en el contrario. Cada uno con sus respectivos guiones enfrentados. Pero hay un “papelico” de tercera en esta obra. Vamos, lo que viene a ser un extra sin derecho a frase que busca su cuota de protagonismo (quizá el que perdió hace mas de 300 años) cada vez que nuestros vecinos catalanes alzan la voz contra el gobierno central. Se trata de un verdadero clásico, el maño anti-catalán. Ese típico señor que de día parece normal y por las noches se dedica a borrar con spray lo del Baix Aragó-Casp en las señales de tráfico comarcales. Ese que siempre se queja de que en la panadería de Salou, donde tiene un apartamento en el que lleva veraneando sesenta años, inevitablemente le responden en catalán cada vez que él pide, de forma educada y respetuosa pero clara y contundente, una baguet en perfecto castellano.
¿Qué necesidad hay de entrar en una guerra que nos viene grande y en la que, gane quien gane, no podemos sacar nada provechoso? El tema histórico, el del reino y el condado, está más que superado ¿Es por los bienes de la franja? ¿Porque aquí no hay playa, quizá? Puedo entender que el nacionalista español vea a Cataluña como una parte fundamental de la nación española, como una pieza indispensable para la estabilidad económica del país o que el simple hecho de oír la palabra independencia sea motivo suficiente para que muchos se santigüen. De la misma manera que entiendo que un independentista o nacionalista catalán esté convencido de que, siendo Cataluña estado soberano, las cosas le vayan a ir mucho mejor, asumiendo que el partido de fútbol más interesante de la correspondiente liga catalana lo habrá de jugar el Barça contra el Sabadell. Independientemente de las razones que unos u otros tengan, son, en la mayoría de los casos, razones políticas que se pueden discutir y debatir, a pesar de lo cansinas que resultan. Pero es que el heredero de la Corona Aragonesa no tiene nada que debatir. Y he de confesar que algunas de las cosas que se cuelgan por las redes o que se ven por el canal autonómico, son hasta graciosas, pero los mismos chistes siempre, aburren.
Así que si deciden seguir con las mismas reivindicaciones, no lo hagan en nombre de los aragoneses. Invéntense otras razones, otras causas, otras argumentaciones. Cúrrenselo un poquito más porque a mí, y estoy convencido de que tampoco a otros miles de aragoneses sensatos, está claro que no me representan.
Néstor Pascual