El conjunto de fragmentos de estelas ibéricas originarias de Mas de Pere la Reina, ateniéndose a la tradición historiográfica, posee dos singulares dones. Uno es divino: la ubiquidad, ya que las mismas estelas pudieron ser halladas a la vez en Cretas y Valderrobres. Otro más humano, propio de advertencia de llamada entrante en un teléfono móvil: número desconocido.
Para evitar tales paradojas o intentar comprenderlas, lo mejor es recurrir a los testimonios originales al respecto de su hallazgo.
La primera mención, aunque sin asignarles ese nombre ni origen concreto, procede del manuscrito “Catálogo Monumental de la provincia de Teruel”, cuyo texto y figuras son fruto de las tareas de investigación y redacción encomendadas por Real Orden de 27 de mayo de 1909 a D. Juan Cabré Aguiló. Parece que hacia 1911 el calaceitano había concluido su amplia tarea, aunque lamentablemente nunca sería difundida una versión impresa (Rincón 2012, 155).
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