Hoy pincha Cirac de Guindos.

Quizá esté acabe siendo el año del rescate. Si es así tenemos que celebrarlo como se merece. Si este va a ser el año en el que nos van a poner en nuestro sitio, tenemos que remojarlo con buenas canciones. Si este va a ser el año en el que, por fin, vamos a ser reenviados a un pasado que, en realidad, no hemos conseguido superar, lo mejor que se nos ocurre es escuchar viejos temas de los sesenta. Una década que algunos llamaron prodigiosa y a cuyos estándares económicos volvemos arrastrados por una crisis que parece no tener fin. A este paso, volverán las oscuras golondrinas y también Augusto Algueró y Alfredo Landa y el seiscientos…

El disc jockey de ascendencia caspolina, y prestigioso ministro de Economía y Competitividad, Cirac de Guindos se encarga, muy amablemente, de ilustrarnos en este bucle espacio temporal en forma de viaje musical. Cojan su sobre, digo su ticket, y acompáñennos en esta travesía hacia el futuro pretérito que tan fascinante y llena de viejas sorpresas se nos antoja.

1- Raphael. Mi gran noche. Con Raphael no sabes si lo que te apetece es darle un abrazo o una hostia. Histriónico, sí. Pero eficiente. Para mi, su mejor tema. Aunque, bueno, en realidad es de Salvatore Adamo. Ya lo dijo el sabio: Que inventen ellos!

2- Los Negativos. Moscas y arañas. En plenos ochentas estos barceloneses componían la mejor canción sesentera de la historia. Escuchándola, dan ganas de comerse un pozal de tripis, cortarse el flequillo y dejarse llevar.

3- Marisol. Estando contigo. Marisol, esa traidora. Virginal por fuera y más roja que Rosa Luxemburgo por dentro. Mi hijo, en su infantil ignorancia, no deja de cantar este tema. Especialmente la parte coral. Es kitsch y hortera pero, después de tantos años, sigue molando. O al menos a mí me lo parece. 

Confrontar, por favor, con la versión reciente a cargo de Los Soberanos.

4- Luis Aguilé. La Chatunga. Cuando era pequeño odiaba a Luis Aguilé. Todo el día en la puta tele. Con los años he conseguido rehabilitarle y este tema en concreto se ha convertido en uno de mis favoritos para cantar en la ducha.

Adjuntamos también la versión chanante a cargo de Doctor Explosion, con coreografía a cargo de mi adorado Ignatius,  por su interés antropológico.

 

5Anton García Abril. Crimen imperfecto.  Aproximación zorrocotroca y macarrónica a lo que en el resto del mundo fue la psicodelia. Vi esta peli de crío y la canción se me quedó grabada en la memoria. La he chapurreado miles de veces sin saber lo que era. Hace no mucho la pasaron por Cine de Barrio y volví a flipar. Ya nunca se separará de mí. Fuera de coñas, me recuerda al Venus de Shocking Blue con las voces del dúo Baccara. Y, qué coño, me ponen un montón esas jamonas hispánicas agitándose como posesas bajo las luces estroboscópicas…

6- Los Bravos. La motocicleta. Los Bravos fueron muy grandes. No solo con Black is Black. La moto es una canción genial. No pasan los años por ella.

 

7- Conchita Velasco y Tony Leblanc. La chica yeyé. Ya sé que las despedidas de soltera y las cenas de empresa han rebajado a este temazo del protopop español a la categoría de comida-basura solo apta para fiestorros aburridos y viejunos, pero no puedo viajar a los sesenta sin contar con ella, imposible… A la batuta, el gran Augusto Algueró.

8- Los Mitos. Es muy fácil. Los prefiero a muchos de sus contemporáneos más famosos. El tema es muy grande y aunque la letra nos remite a un fuego de campamento y a una reunión parroquial los aspavientos del cantante parecen producidos por la ingestión de alguna sustancia psicotrópica y esa interesante combinación de ñoñismo y golferío mola, así que para el saco.

9- Augusto Algueró. Será el amor. Algueró es un genio indiscutible de la música popular y este país demuestra lo cutre que es dejando que su figura se vaya desvaneciendo en el olvido. Era capaz de tocar todos los palos y de hacerlo tan bien como los de fuera. Bossa, bandas sonoras, soul, funk… Esta versión la firmaría sin pensárselo el propio Sergio Mendes.

Y por respeto y admiración, de este pongo otra.

10- Los Ángeles. Momentos. El tema se podría considerar casi casi cool. Guitarras casi surferas, percusiones que casi recuerdan al megacool “Young Folks” de Peter, Bjorn and John. Todo es muy casi. Aún con todo, resulta bastante elegante dadas las circunstancias espacio-temporales. Atentos los caspolinos al video. En el salen viejos conocidos. Empezando con un jovencísimo Juan Pardo y terminando con Paco Pastor, vocalista de Fórmula V. De Juan Pardo, en los ochenta, llegó a decirse que se había comprado un chalé en una famosa urbanización caspolina, tantas eran las veces que vino a tocar en Fiestas de Agosto. Algo parecido a la sobredosis de aquel pequeño engendro llamado Formula-Diablos que padecimos los hijos de Caspe en la década posterior. Y que conste que soy fan de Fórmula V.

Aunque de este video lo que realmente acojona es pensar que todos esos mozos y mozas que bailotean desprejuiciadamente no exentos de cierto aire lascivo y bohemio muy posiblemente sean ahora tertulianos de Intereconomía o 13tv. Sic transit gloria mundi.

11- Los Pekenikes. Terminemos con otros genios, que también los hubo en España, aunque, visto lo visto, sirviera para poco. Un grupazo. Una apisonadora musical. Folclore español, The Shadows, Dave Brubeck, Herb Alpert, Nino Rota… A reivindicar!!!. De estos, les dejo varias.

 

 El Excelentísimo disc jockey y Ministro de Economía y Competitividad Cirac de Guindos

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