Hoy pinchamos desde la Sala Bataclán de París.

Tres mil años lo atestiguan, desde los primeros textos del Antiguo Testamento hasta el presente: la afirmación de un Dios único, violento, celoso, pleitista, intolerante, belicoso ha causado más odio, sangre, muertes y brutalidad que paz…

Michel Onfray

filosofo y ateologo francés

Para fastidiar a los hombres, los dioses de la antigüedad recurrían a tretas de lo más variadas. Unas veces se mostraban crueles y otras directamente ridículos. Unas veces les prohibían comer manzanas de determinados árboles, otras les ataban a una roca para que cada noche un águila les comiese las entrañas. Todo con tal de joder a sus  hijos. Absurdo.

Con el paso del tiempo, los dioses se dieron cuenta de que a pesar de todas aquellas putadillas, los hombres seguían erre que erre cuestionando su autoridad. Y entonces decidieron cambiar de estrategia. “Enviémosles a los tontos” dijo uno de ellos. “Inundémosles de idiotas” dijo otro. “Que la estupidez llueva sobre la Tierra” clamaron todos aquellos dioses caprichosos. Solo un idiota puede pretender decirle a los demás como vestir, qué comer o a quien amar y como. Solo un estúpido puede imponer a otros la creencia de que ser libre consiste en renunciar a todo lo que el ejercicio de la libertad puede proporcionarnos a la espera de que, tras la muerte, tanta renuncia sea recompensada en un paraíso que, a día de hoy, todavía nadie ha visto.

Los más tontos de entre los tontos entraron el pasado viernes 13 de noviembre en la sala Bataclán de París equipados con sus mejores argumentos. Creían servir a su dios pero solo estaban allí para joderle la vida a personas mucho más inteligentes y libres que ellos. Eran tan idiotas que decidieron morir por una idea rigorista de su religión que ni siquiera practicaban en sus vidas cotidianas. Tras aquella inmensa demostración de suprema estupidez, el mundo entero se lanzó a la calle a mostrar en público la cordura que suele brotar en los momentos de dolor y zozobra. Pero a los pocos minutos, otros tontos aparecieron en el horizonte para demostrarnos con sus mensajes xenófobos y su estupidez de manual que la idiocia está tan bien repartida como el Gordo de la Lotería de Navidad.

Quien crea que lo ocurrido en París el viernes 13 de noviembre de 2015 podrá evitarse compartiendo en Facebook discursos de imanes lerdos clamando contra el maquillaje y las faldas cortas o absurdas llamadas al cierre de fronteras demuestra tener pocas luces y ninguna perspectiva. Dejarnos llevar hoy por determinados tipos de rencor solo puede retrotraernos a décadas, no tan lejanas, en las que fuimos los europeos, blancos, judeocristianos, limpios y aseados, los que demostramos al mundo lo que de verdad era la barbarie.

Hoy queremos homenajear a todos los que murieron o fueron heridos en los brutales atentados de París y, en general, a todos los que mueren o tienen que abandonar sus hogares a causa de cualquier tipo de violencia. Ante la violencia no debe haber colores, ni religiones, ni banderas. Creemos que la mejor forma de hacerlo es invocar las viejas buenas virtudes del primer país que se rebeló contra la estupidez religiosa hace ya casi tres siglos. Con sus numerosas sombras, Francia ha sido siempre un faro para todos los que soñaron con una sociedad basada en los ideales cívicos y laicos. Sin Francia el mundo sería mucho peor.

La Francia cultivada, laica, cívica y, claro que sí, multicultural está hoy en peligro. Y con ella todos nosotros. Escuchen la selección musical que les hemos preparado. La mayoría de los artistas son musulmanes. Casi todos han desarrollado sus carreras profesionales en Francia. Muchos de ellos han sido perseguidos por los integristas. Algunos llegaron a tocar en la Sala Bataclán ante un público que siempre supo apreciar lo bueno. Que siga la música, porfa.

  • 1- MANO NEGRA. “Sidi H’bibi”. Hijo de la Francia mestiza y tolerante, abierta, laica y descreída, Manu Chao fue el responsable de discos que cambiaron el curso de la historia de la música popular europea. Su banda, Mano Negra, bebía por igual de la chanson, el ska, el raï, la rumba, el reggae y el punk. Francia como interminable cruce de culturas, como ejemplo de una Europa que algunos quieren convertir en imposible.

 

 

  • 2- ZEBDA. “Toulouse” Los “beurs” se pasaban al hip hop con todo el equipo. El “banlieu” abrazaba los viejos mensajes de la izquierda europea y las nuevas culturas urbanas que llegaban del mundo anglosajón. Cargados de ideología y actitud, además de fabricar canciones alegres y vitalistas, Zebda son la prueba palpable de que la convivencia es posible.

 

 

 

  • 3- CHEB KHALED. “Didi” y “Aicha”. Como el poeta, matemático y astrónomo persa Omar Khayyam, Khaled le canta al vino y a las mujeres. Como Camela, sus cintas de casette se vendían por centenares de miles en toda Argelia. Como Alfredo García, su cabeza fue puesta a precio por los fundamentalistas argelinos. El “raï” es la expresión máxima de la cultura popular magrebí. Hijo bastardo de la música tradicional árabe, de la influencia española a través de la vieja ciudad portuaria de Orán, de la disco music, el reggae, el funk y el pop occidental, en el raï se mezclan los instrumentos tradicionales con las cajas de ritmos desbocadas, los lamentos con la alegría de vivir. Khaled es el rey del raï y una superestrella mundial. A sus pies.

 

 

  • 4- CHEB HASNI. “J’ai pas besoin de ta pitié”. Dicho y hecho. Los fundamentalistas argelinos le declararon la guerra al raï. ¿Acaso hay algo más peligroso que la libertad? ¿Acaso hay algo más libre que la música? Cheb Hasni era uno de los grandes del raï cuando un tonto redomadamente tonto decidió acribillarlo a tiros frente a la puerta de su casa en 1994. Tenía 26 años y también era musulmán.

 

  • 5- CORNERSHOP. “Norwegian Wood”. Vale, no son franceses. Ni siquiera magrebíes. Esta será la única concesión anglosajona en esta lista casi totalmente dedicada a la France. Sencillamente, no podía evitar incluir esta maravilla en una lista dedicada a hablar de las relaciones entre el Islam y la música pop. Mi canción favorita de The Beatles en urdu, (o en cualquiera de las lenguas que se hablan en Pakistan, vaya usted a saber)

 

 

 

  • 6- TINARIWEN. “Tenere Taqqim Tossam” (con Tunde Abedimpe y Kyp Malone de TV ON THE RADIO) ¿Quién podía llegar a pensar que a los tuaregs iba a gustarles tanto el blues? ¿Quién podía llegar a establecer una conexión tan sólida entre el Teneré y el Delta del Mississippi sin temor a ser tomado por loco? Tinariwen gozan de una admiración ilimitada en Occidente. Esta canción pone los pelos de punta. En parte gracias a la aportación de dos miembros de ese grupazo llamado TV on the Radio.

 

 

  • 7- OMAR SOULEYMAN. “Mijwiz” Muy probablemente, la ciudad siria en la que nació Omar Souleyman estará hoy bajo el dominio del ISIS maldito. Muy probablemente pocas casas queden en pie. Casi seguro que ya no se celebran ni bodas ni banquetes, la principal forma de ganarse la vida para los cantantes como él. Musulmanes como Souleyman ya no tienen sitio en su país. Él tiene suerte. Los grandes festivales se lo rifan. Yo pude verlo en el Primavera Sound, después de asistir a una sesión de tortura sónica a cargo de My Bloody Valentine, y me supo a fresca agua de manantial. Desgraciadamente millones de sus compatriotas no tienen su suerte. Y eso a millones de mis compatriotas les parece fenomenal. Qué mierda de mundo es este.

 

 

  • 8- LES NEGRESSES VERTES. “Zobi la Mouche” Esta canción apesta a Magreb, a prostíbulo, a absenta y a sal marina. Les Negresses Vertes no hubieran existido sin todas esas cosas. Y tampoco sin un país en el que todo cabía. Para los franceses Les Negresses son casi una gloria nacional a la que se recuerda con añoranza. Canallas, noctámbulos, vagabundos, golfos, calorros, apaches.

 

 

  • 9- RACHID TAHA. “Rock the casbah” (con Mick Jones y Brian Eno) Si Khaled es la clase, Rachid Taha es el coraje. Un cruce magrebí entre Joe Strummer e Iggy Pop. Aquí versionea uno de los grandes temas de The Clash (dicen que los soldados americanos lo escuchaban antes de bombardear las ciudades iraquíes) con ayuda de los mismísimos Brian Eno y Mick Jones. Un temazo impresionante en una versión demoledora.

 

 

  • 10- EAGLES OF DEATH METAL. “Speaking in tongues” Nacido como proyecto paralelo de Josh Homme, líder de Queens of the Stone Age, el grupo mezclaba las claves del sonido stoner con una actitud casi humorística. No hay mucho más que añadir. Solo despedirnos con uno de sus temas.

 

Jesús Cirac

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