El pasado febrero salió a la venta con la compañía Mushroom Pillow «Fue eléctrico», el enésimo trabajo de un grupo que publica de manera casi compulsiva.
Está claro que estos chavales hacen las cosas bien. Los dos primeros conciertos fueron exclusivos en Madrid y su Valencia natal para los primeros compradores del LP. Es un detalle que los seguidores agradecemos. Y aprovecho para meter una historieta: el abajo firmante pudo asistir a uno de Ixo Rai! en el 97. Limitado a 200 personas en el C. C. Delicias por la compra del Entalto. Casualmente fue en el 97, cuando comenzaron a grabar LHR.
Fue curioso también escuchar por la radio, antes de la publicación del album una remezcla realizada por Dorian de «Ayer», el primer single. Logicamente os dejo la original, aunque admito que a mi me gustaba la versión.
LHR son el exponente. Son los herederos y abanderados del indie español al estilo del Niño Gusano, Mutantes o Planetas, que han conseguido hacer mínimamente asequible ese tipo de música para el gran público, aunque ni mucho menos al nivel que lo hicieron Los Piratas en los 90.
Su música se llena de capas, parece emborronarse por momentos. Pero saben salir airosos.
Es un disco bien construido. Musicalmente homogéneo podría decirse. Sin duda, LHR están en plenitud. Es posible que hayan alcanzado su cota máxima porque dentro del estilo que les interesa, no alcanzo a ver como lo pueden mejorar. Al menos sin cambiar. Pero sabrán mantener el listón. Al tiempo.
Es, en su género, un LP brillante. Sin fisuras. Una grandísima oportunidad para acercarse al indie en general y en concreto a un grupo que nos dará muchas alegrías en los próximos años. Proporcionalmente creo que va a ser uno de los mejores discos del 2012. Y eso que queda mucho.
El trabajo mejora con cada canción como si ellos mismos fuesen aportando en cada tema la experiencia del anterior.
Me llama la atención por encima de todo la batería. Y me sorprende porque es un elemento que habitualmente pasa desapercibido, pero en «Fue eléctrico» consigue un ritmo muy elegante que, al igual que la música globalmente, mejora a medida que el disco avanza, dando la impresión que hubiese podido sostener por sí sola algunas canciones y siendo significativo su trabajo en temas como «Cielo protector» o «La segunda oportunidad»
En mi opinión, José Marco hace un trabajo excelente, digno de mención. Chapeau. Pero quisiera decir que, por desgracia, no me gusta la voz de Jorge Martí. (Ya lo sé, soy puñetero, seguiré buscando mi disco perfecto) No sabría decir por qué, y eso me fastidia porque no me gusta hablar sin argumentos, pero la realidad es que en estas mis opiniones musicales habitualmente me muevo por sensaciones. Y su voz no me apasiona. Y, sin embargo, aunque parezca paradójico, debo alabar su trabajo, pues me queda la impresión de que conoce sus limitaciones y en ningún momento comete excesos. Ni grita ni se va por las nubes. Se aleja, en fin, de cualquier estridencia. Parece que intenta «cantar bajito», como si hablara melódicamente. Y no desentona. En el fondo nadie observa de manera negativa su tono de voz.
Y es un ejemplo perfecto del disco: una serie de personas que conociendo sus posibilidades o limitaciones, se dedican a exprimirlas sin ir más allá, sin meterse en ningún jardín, dando todo lo que saben que pueden dar bien hecho. ¿y qué les sale? pues un trabajo máximo, notable.
Por último, las letras son entendibles y sin alardear de seudopoesía, dejando citas interesantes incluso para le reflexión. Un par de ellas:
– las noches serán poemas tan largos que nadie podrá recordar
– porque el pasado solo importa si no se puede olvidar.
Y para finalizar, una sonrisa del año 2005.