Si recuerdan, recientemente hacíamos referencia al hallazgo de un fragmento cerámico entre las ruinas de una torre anegada por el Pantano de Mequinenza en la Herradura:
Todo parecía indicar que se trataba de una pieza fabricada en tiempos de la II República con una inscripción alegórica a la misma. Y así era. Un amigo de Fabara, Roberto Albiac, nos pasa esta instantánea de una jarra idéntica (obsérvese tamaño, colores y demás) pero completa. Su familia la guardó durante 40 años oculta en la cocina: «mi abuela la escondió en el armario más alto, en la esquina más honda, tapada con viejas cacerolas».
Gracias al gesto de rebeldía de la abuela de Roberto, sus descendientes conservan un pequeño tesoro que hoy comparten con nosotros.