Sin contar a los impresores, que obviamente han cobrado por su trabajo, la edición del libro Los años de los que no te hablé II ha involucrado de forma totalmente desinteresada a más de veinte personas entre autores, correctores, diseñadores, transportistas y vendedores. De esos veinte colaboradores, más de la mitad son de Caspe pero casi la otra mitad no. Mucho trabajo detrás de un libro como este. Pero no solo de trabajo vive un libro. La edición cuesta dinero y el dinero hay que sacarlo de alguna parte.
Descartada de inicio, por razones obvias y perfectamente aceptadas por todos, la posibilidad de que las entidades públicas colaborasen con aportaciones económicas directas, lo que nos planteamos fue que resultaría aceptable, comprensible y hasta adecuado al nuevo espíritu de los tiempos que la Comarca del Bajo Aragón Caspe-Baix Aragó Casp se comprometiese a adquirir unas decenas de ejemplares, ¿veinte, treinta, cuarenta?, pagando lo mismo que cualquier otro lector, lo cual no significaría subvencionar el proyecto a fondo perdido pero sí contribuir a garantizar su viabilidad económica recibiendo a cambio un objeto dotado de una utilidad intrínseca apto para ser distribuido en colegios, institutos y bibliotecas. Ya saben aquello: no regales peces al niño hambriento sino cañas con las que pescarlos.
¿Y por qué pensamos en la Comarca? Pues por varias razones. La primera, porque la hemos visto colaborar en iniciativas relacionadas con la puesta en valor de elementos patrimoniales y culturales. Con importantes cantidades, además. La segunda, porque entendíamos que una entidad capaz de impulsar un plan de dinamización turística tan ambicioso, al menos en recursos, como el que ha impulsado quizá entendería, y apreciaría, la humilde aportación de un libro como este a la popularización del territorio entre el cada vez más amplio colectivo de viajeros interesados por la Historia y más concretamente, por la Guerra Civil y sus aledaños, especialmente en uno tan rico en recuerdos como el nuestro. La tercera, porque el desembolso a realizar era muy modesto, apenas trescientos o cuatrocientos euros. Perfectamente asumible, entendíamos, incluso en tiempos de crisis profunda. Y la cuarta, y más importante de todas ellas, porque en una comarca como la nuestra, con un evidente y quizá irresoluble fraccionamiento identitario entre los pueblos que la componen, un libro como Los años de los que no te hablé II constituye una experiencia transversal, y nos atrevemos a decir que inédita, de hermanamiento entre comarcanos en tanto que incluye historias, no solo del omnipresente Caspe, sino de otros lugares como Maella o Fabara, e incluso de Cretas y Escatrón, propiciando un impagable punto de encuentro no solo de relatos y autores sino de lectores de todo el territorio. Sin embargo, desde la Comarca se nos dijo que no había fondos disponibles para una iniciativa similar y que, lamentablemente, no nos iban a poder ayudar. A nosotros nos parece que tender puentes es siempre interesante y estamos convencidos de que ese es nuestro camino. Es una pena que la entidad encargada de gestionar los intereses de varios miles de comarcanos no piense lo mismo, o que piense que un libro como este no ayuda a crear Comarca.
Bueno, pues si nadie quiere echar una mano, tendremos que hacerlo solitos. ¿Creemos que el proyecto es viable económicamente por si solo? ¿Nos creemos capaces de vender el suficiente número de libros como para pagar la edición completa? ¿Asumimos que en el caso de no conseguirlo nos tocará apoquinar a los socios de Bajoaragonesa de Agitación y Propaganda? ¿Sí? Bien, pues adelante con los faroles. Ya tenemos experiencia en esto y sabemos que los libros sobre el pasado reciente se venden bien, que la gente responde siempre. Nos esforzaremos con la venta, lo presentaremos en varios pueblos, lo dejaremos en librerías y kioskos, atenderemos ventas por internet… Empezaremos en Caspe. Allí siempre nos van bien las cosas. ¿Y dónde? Pues donde va a ser, donde siempre. En el lugar más emblemático, en el que conecta directamente con aquellos años de los que ahora sí queremos hablar: el cine Goya. Bien, bien. Ya sabemos lo que tenemos que hacer: hablar con el Ayuntamiento, fijar una fecha y encargarnos de la promoción y todo eso.
Umm. No sabíamos que las cosas habían cambiado mucho. Y a peor, al menos en eso. Que ahora ni te dan peces ni caña para que los pesques y que si te descuidas te quitan hasta la raspa que te guardabas para emergencias. Que usar el cine Goya cuesta ciento sesenta euracos del ala. Que da igual que seas una asociación sin ánimo de lucro en la que la gente curra de verdad sin ver ni una o que seas la compañía de revista de La Maña o los de Marina D’or en plena campaña de promoción de su Paraíso en la Tierra.
-Aquí cotiza todo el mundo. Lo vuestro son ciento sesenta euracos. Ciento sesenta. Lo sentimos pero está en las Ordenanzas y esta corporación entiende que las Ordenanzas están por encima de cualquier otra consideración, no es que no queramos ayudar, es solo que…
-¿Y si no?
-Pues nada, lo presentáis en otro sitio u os buscáis la vida.
Esa es la política de la nueva corporación municipal en materia cultural. ¿Bien, no?
Y eso es lo que hemos hecho. Buscarnos la vida. Pagamos el libro con nuestro esfuerzo, lo presentamos en el Casino y en la trasera en lugar de estar obligados a amontonar los logos rimbombantes de tantas y tantas instituciones marcamos a fuego el de nuestra hija pequeña, la editorial Los libros del Agitador. Y el sábado pasado, a las siete de la tarde, con amplia asistencia de público y en un ambiente desenfadado y cordial, Los Años de los que no te hablé II fue presentado en sociedad sin ayudas pero con mucho cariño. Confiemos en que tanto la Comarca como el Ayuntamiento de Caspe lleguen a entender algún día que sin el trabajo de asociaciones como la nuestra y de ciudadanos como los que han colaborado en este proyecto no hay política cultural que valga. Lo contrario es torpeza política y, si nos apuran, sospechoso de sectarismo. Ni se nos ocurre pensar que sea otra cosa que torpeza.
¿Y los colegios, institutos y bibliotecas comarcales se quedarán sin libro? Nada de eso, también tendrán su libro, que para eso somos una entidad sin ánimo de lucro…
EL AGITADOR BAJOARAGONÉS