A media tea ya tienen compañeros de viaje. Dios quiera que no me equivoque en ninguno de los dos casos. Y Dios quiera que, de la mano, encuentren sitio en los bares. Por nuestro bien.
«100 nudos por segundo» es el segundo trabajo de este grupo vasco que, en mi opinión, se merecen una oportunidad, haciendo un rock del que triunfa, principalmente, en directo.
El disco se abre con «Me dejo llevar», un buen inicio que se presenta como un libro abierto sobre las virtudes del grupo, cumpliendo con el ABC del rock y unos coros que anhelan ser pegadizos.
«Mientras sale el Sol» es una arriesgada balada que va subiendo a medida que avanza el tema. Cumple los patrones de las baladas que se hacen aquí. Y digo que es arriesgada porque la voz del cantante no es la más apropiada para este tipo de cortes, pero salva bastante bien la papeleta.
Su tono es más acorde con los siguientes temas «Soledad» y la rítmica «Buenas intenciones», en la que esta formación confirman que tienen amplitud de recursos.
En penúltimo lugar se encuentra «Pesadilla«, que destaca un poquito por encima de las demás canciones y demuestra que estos chavales saben lo que se hacen. Que dominan sus instrumentos y trabajan sus temas.
Aunque de momento creo que les falla un «single», una canción que pegue fuerte y les abra las puertas, al estilo de aquella «barniz» de los Marea. Ellos han apostado por «Celos«, pero a mí no me convence.
Tenemos en Memoria de Pez un grupo que si bien veo difícil que abanderen nuestro rock, creo que sí pueden estar ahí, acompañando a quien sea menester. Tenemos en nuestras manos producto semiterminado. Y eso no es poco.
Petu