Con motivo del lanzamiento de su próxima novela, la segunda de la trilogía que abrió el libro para adolescentes “El bebedor de lágrimas” he pensado hablar de Ray Loriga, porque este escritor es algo más que un autor de libros románticos de fantasmas que ha dejado fríos a muchos de sus seguidores.
El primer libro que cayó en mis manos de Ray Loriga, cuyo verdadero nombre, por si a alguien le interesa, es Jorge Loriga Torrenova, fue “Héroes”. Un día de esos que vas buscando algo nuevo para leer lo vi en una estantería y tengo que reconocer que lo compré por la portada, me despertó la curiosidad un escritor que protagonizaba la portada de su novela posando como si fuera una estrella del rock. Con el tiempo descubrí una edición del libro de Bob Dylan, “Tarántula” que me recordó sospechosamente a este y no sólo por la portada sino por su ritmo.
Ya lo dijo Ray Loriga en alguna ocasión: “EL rock ‘n roll no sólo está en la música”. Leerlo era como leer las letras de una canción, letras acompañadas de múltiples referencias a la música de los 60 y 70 y a grandes músicos como Bowie, Iggy Pop o el ya nombrado Bob Dylan, que inspiran el día a día del protagonista, un narrador en primera persona que decide encerrarse en su habitación para huir de lo que hay afuera y que se aferra como única esperanza a una chica escandinava. Un chico maldito, una chica rubia, soledad, autocompasión,… estos son algunos tópicos que se repiten en varias de sus obras, las de la primera época. “Lo peor de todo” su primera novela, autobiográfica, nos acercó a ese mundo que llego a su apogeo con “Caídos del cielo” historia de una huida, road movie que trata una relación entre hermanos y, por supuesto, una chica rubia, en el que se ve la influencia de uno de sus escritores de referencia Kerouac, y que fue llevada a la gran pantalla siendo el mismo Loriga el director, con el nombre de “La pistola de mi hermano”.
En los 90 fueron muchos los que intentaron imitar su estilo pero el aportaba algo muy personal, frases cortas, rítmicas, textos fragmentados que parecen relatos inconexos pero que forman parte de un todo, un lenguaje cerca de lo vulgar cuando la ocasión lo requiere pero lleno de lírica, símiles y metáforas, lleno de imágenes y música, y un mundo cruel, sin tapujos, donde también se ve la influencia de otros escritores como Bukowski o Carver, representante del llamado realismo sucio.
Además de estas novelas, Ray Loriga, madrileño nacido en el 67 y calificado como precursor de la Generación X en los 90, aunque a él no le guste, dirigió otra película sobre Santa Teresa de Jesús, colaboró en varios guiones como el de Carne Trémula y ha publicado 6 novelas más, dos libros de relatos y un cuento infantil.
Otra de sus novelas más destacadas fue “Tokio ya no nos quiere”, parece una mezcla entre un libro de viajes y una oda a las drogas, aunque lo que esconde es un estudio de la memoria y de todo aquello que se quiere olvidar. Después vino Trífero, con un narrador esta vez en tercera persona, que quizás es lo que le quita intensidad a la novela a pesar de ser un personaje muy bien dibujado y al que se acaba cogiendo cariño. Tras este, “El hombre que inventó Manhattan”, escrito mientras vivía en Nueva York, mantiene un estilo de redacción perfecto pero sus historias no acaban de conectar, no atrapan del todo. Después volvió con “Días aún más extraños”, su segunda colección de relatos, y el siguiente fue “Ya sólo habla de amor”. Recuerdo cuando fui a comprarlo a una librería del centro y la chica que me cobró dijo: No sé que le ha pasado a este hombre pero ha tenido que ser algo muy triste para escribir este libro… Esta opinión lo dice todo.
De lo que publicó de ahí en adelante poco puedo decir, “Los oficiales y El destino de Cordelia” me pareció un intento muy forzado de demostrar la calidad que tiene, me agotó leerlo y no quiero pensar lo que le tuvo que agotar escribirlo. “Sombrero y Mississippi” me pareció correcto y “El bebedor de lágrimas”… si me lo permiten me reservaré la opinión porque sigo confiando en el escritor que leí hace años.
Sólo añadiré que no todo han sido éxitos, y puede ser que, como dice un amigo, “a veces no es buena la madurez de un escritor”. El rock ‘n roll no sólo está en la música pero tampoco está sólo en las drogas o en la adolescencia. Ray Loriga aún puede “escribir” mucho rock ‘n roll y espero que tras la trilogía nos deleite con “una buena canción”.
Eva Larrosa