Stefan Petz. «España estaba arriba y ha caído como los eucaliptos que vine a cortar»:

Tras unos cuantos mensajes por el dichoso whatsapp, hemos quedado para tomar una copa y, ya de paso, para que me cuente como llegó hasta aquí. Stefan Petz es un caspolino diferente nacido en Tășnad, al noroeste de Rumania, cerca de la frontera con Hungría. Hace años que nos conocemos, hace años que trabajamos juntos y lo único que puedo decir de él es que, todo lo que tiene de grande, lo tiene de buena persona, a pesar de ser un ferviente seguidor del Real Madrid. En un rincón de la plaza Aragón, comenzamos.

¿Cómo aterrizas en España? No tenía una fuerte necesidad económica. En realidad lo que me hizo partir hacia España era la aventura, una aventura o un gusanillo, como quieras llamarlo, que me ha hecho vivir en cico países diferentes a lo largo de mi juventud.

¿Entonces, no fue por dinero? A ver. Yo vine a España con visado y oferta de trabajo. Vine a trabajar. A lo que me refería era a que no vine a España por el trabajo en sí. Podría haber ganado más dinero en Alemania seguramente, pero me llamaba la atención este país.

Pero Caspe no fue tu primer destino, ¿no? No. En Rumania, me acerqué a una empresa, como una especie de ETT, a la que llegaban ofertas de trabajo españolas. Pregunté y enseguida encontraron una para mí. Ahora me río, pero la verdad es  que en su día no me hizo nada de gracia.

¿Por qué?, ¿Qué paso? Pague mil doscientos dólares por ese puesto de trabajo. Pregunté de qué era el trabajo y no me contestaron, me daban largas. Eso sí, continuamente me decían que iba a ganar mucho dinero. Monté en el avión sin saber ni donde iba ni lo que iba a hacer. Aterrice en Lugo y me dijeron que el trabajo que iba a desempeñar era la tala de unos árboles enormes. Unos eucaliptos de unos cuarenta metros.

Bueno, pero tú eres un tío grande! Ja,ja,ja, Sí. Pero no tenía ni idea. Vine con un contrato de dos meses y trabajé solo uno. Necesitaban gente experimentada y yo no había cogido una motosierra en mi vida.

¿Entonces? Pues nada. Pagué mil doscientos dólares, me prometieron un buen salario y por lo menos dos meses de trabajo. Trabajé uno y cobré unos ochocientos euros. Con semejante panorama, llamé a la empresa de colocación rumana y les dije que como tuviera que volver a casa les pegaría fuego a la oficina. Me engañaron. Ellos se llevaban un porcentaje por cada contratación y no se preocupaban ni siquiera de si cumplía la gente el perfil que la empresa buscaba. Eran unos estafadores… Conmigo vino una persona  que era maestro de escuela… algo surrealista.

¿Y al final fuiste a pegarles fuego o no? No ja,ja, ja. Parece que se asustaron y me recolocaron en una empresa de Fraga. El puesto de trabajo era en Caspe pero la empresa es fragatina. Piensos Costa. Allí estuve trabajando un par de años.

Y de allí a Adidas. Sí. Mi mujer no vino conmigo hasta que no acabó sus estudios en Rumanía. Al acabarlos vino aquí y nos compramos piso. Al poco tiempo se quedó embarazada y yo me quedé sin trabajo. Me ofrecieron un puesto en Barcelona, para una constructora, pero lo deseché, porque también tenía otra oferta de Adidas. Era un salario menor, pero en Caspe me sentía muy a gusto y el hecho de estar toda la semana fuera, en la situación que atravesábamos mi mujer y yo, de futuros papás, no me interesaba para nada.

 Entre tú y yo. En realidad escogiste Caspe por su encanto. Ja,ja,ja. Pues sí, eso también tuvo mucho que ver. A mitad de camino entre Madrid y Barcelona, y Zaragoza a una hora, el mar de Aragón… y sobre todo su gente, que me ha acogido con gran cariño. Desde que llegué a España, nunca me he sentido un extraño. En Lugo, el mes que estuve viviendo allí, la gente estaba continuamente encima mío. Preocupándose por mí, ayudándome… gente muy maja, lo que pasa es que casi no les entendía. Entendía un poco el castellano, pero el gallego… Nada. Y cuando vine a Caspe igual. Quizá, ahora, al haber tanta inmigración parece que el caspolino está un poco receloso con el inmigrante, pero cuando llegué yo, no. Había poca inmigración y no era un problema.

Eso está bien, sentirse como en casa, cuando estas a cientos de kilómetros de ella. Claro. Mira, un amigo mío, cuando yo me vine aquí, se fue a Alemania. Y me contó al tiempo que había hecho dinero, pero que desde el primer día se sentía como un bicho raro y como anécdota me contó que al comprar un piso allí, el primer día que fue a dormir en él, se cruzó con un vecino por las escaleras y le saludó con un buenas noches. El alemán sacó un billete de su cartera, lo metió en uno de los bolsillos de la camisa de mi amigo y le dijo que no le volviera a saludar. Aquí en España yo jamás me he encontrado con una situación parecida. Me acogieron muy bien. Culturalmente no nos distanciamos mucho y además me preocupé de aprender el idioma. Estaba claro que este era mi sitio.

Hombre, después de recorrerte media Europa. Fusilaron a Ceaucescu y yo quería conocer todo lo que había oído por ahí, la Europa libre y todo eso. Era joven y no tenía nada que me atara. Conforme fueron pasando los años, fui saciando esa necesidad de conocer y explorar y mi retiro lo encontré aquí.

Aprovechando que nombras a Ceaucescu, ¿Cómo viviste aquella época? Pues nací en el 73 y recuerdo hacer largas colas para recibir la ración de comida, represión, censura… vamos, lo típico en estos casos.

¿Entiendes que allá haya personas que lo añoren? Sí, lo entiendo por varias razones. En un principio, sus políticas no eran malas. Acababas de estudiar y encontrabas trabajo. No eran grandes salarios pero te podías dedicar a lo que habías estudiado y comprarte una casa… no sabias lo que era un pantalón vaquero, pero lo básico lo tenías. Después cambió la cosa. Debido a la deuda externa se radicalizó todo y hubo una escasez de alimentos brutal, y no solo eso. Teníamos también poca agua y tan solo siete horas de luz al día. La censura era muy fuerte. Nosotros nos reuníamos en los sótanos para escuchar la radio, aunque sabías que eso te podía causar muchos problemas. No te podías parar a hablar con gente por la calle. Según el número de personas que se juntaban, la policía ya se metía por el medio, hubo matanzas… era asfixiante. Entiendo que lo añoren porque su primera etapa no fue mala.

¿Y tras la dictadura qué? Pues tras la dictadura, el país se abrió al exterior, llegaron inversores y con cuatro duros compraron las empresas nacionales que el gobierno privatizó. A grandes rasgos, los ricos se hicieron más ricos y los pobres más pobres. El capitalismo salvaje no es la solución. Hay que establecer ciertas reglas.

¡Que nos lo digan a nosotros! Sí, a eso voy. Lo que está sucediendo aquí me está empezando a asustar. No pensaba que fuera a durar tanto. España era rica ¿Cómo ha podido caer tan hondo? ¿Por qué no se paró a tiempo? Desde el 2007 la cosa va a peor, y lo peor es que no se ve mejoría a corto/medio plazo.

¿Te dolería tener que dejar el país, en el caso de que te afectara la crisis personalmente? Este año me dan la nacionalidad y bueno. Me considero español y me dolería mucho tener que dejar el país. Para ser sincero, ni me lo he planteado, ni me lo quiero plantear.

¿La situación de Rumania, ahora mismo, como es? Pues la situación es de crisis también. En Rumania no se ha vivido como en España, tiempo atrás. España estaba arriba y ha caído… como los eucaliptos que vine a cortar.

Bueno Stefan, ha sido un placer hablar contigo. Espero verte pronto por el curro pero, antes de marcharnos, recomiéndanos un libro, una película y un grupo de música.
No leo mucho, la verdad. Los viajes de Gulliver fue un libro que me gustó mucho. En cuanto a música, no sé. Me gusta mucho U2, Eric Clapton y mi película favorita… Me gustan todas, salvo los dramas que me afectan mucho. Apunta Black Rain. La he podido ver treinta veces y posiblemente esta noche la ponga otra vez.

Néstor Pascual

Entradas relacionadas

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies