
Su tercer albúm, “The Queen is dead” (1986) es, sin duda alguna, el mejor de la banda británica. Todo el contenido es casi una obra maestra. Me cuesta destacar algunas como “There is a Light That Never Goes Out” (versionada por gente tan variopinta como Noel Gallagher, Nada Surf o el grupo español Duncan Dhu); “The Boy with the Thorn in his side” que contiene una melodía que no te cansas de paladear u otros temazos como “Bigmouth Strikes Again” o “Some girls are bigger than others”.
Un año después llegaría “Strangeways, Here We Come”, considerado el mejor álbum por los propios componentes de la banda. Quizá no tuvo tanto éxito porque el listón había quedado muy alto en el disco anterior, pero nos regalaron en él temas de lujo como “Girlfriend in a Coma” y, por supuesto, “Stop me if you think you’ve heard this one before”.
Los Smiths se separaron ese mismo año. Johnny Marr y Morrissey continuaron en el mundo de la música. El segundo sigue siendo una estrella. Pero siempre perseguido por la larga sombra de él mismo en su mejor versión: el cantante de un grupo mítico como fueron The Smiths.
Amadeo Barceló Gresa