Si lo que andan buscando es conocer la historia de Caspe a través de su arquitectura, no se limiten a admirar la Colegiata de Santa María la Mayor, el Castillo del Compromiso o cualquiera de los numerosos arcos, puertas o ventanas que evocan una ciudad antigua y oscura. Para quien quiera y sepa buscar, hay mucho, mucho más.
Los años 60’ y 70’ fueron testigos del progresivo despegue de una clase media cada vez más acomodada que buscaba construir sus propios espacios y dotarlos con una estética acorde a sus aspiraciones como nuevo y emergente grupo social. La imagen del Caspe desconocido que hoy hemos escogido viene a demostrar que nuestra localidad no fue ajena a ese crecimiento socioeconómico.
“Villa Los Conguitos” se ubica en la conocida urbanización de Playas de Chacón. Un lugar en boga durante aquellas décadas que hoy es poco más que una amalgama de chalets más o menos olvidados, separados entre si por amplias parcelas y viales mal asfaltados, que pide a gritos una segunda oportunidad. No sabemos qué pasaría exactamente por la mente de su creador en el momento de ser construida. Lo que sí sabemos es que esa gran cabeza que cuelga del dintel de la puerta de entrada consigue romper radicalmente la desolación y el abandono al que se ha visto sometido el resto de la urbanización. Resulta imposible pasar por delante de ese cuerpo extraño sin detenerse a mirar fijamente los ojos de chapa que nos observan buscando nuestra atención o simplemente demandando una sonrisa cómplice. «Villa Los Conguitos» es una extraordinaria muestra de la estética pop que impregnó la década de los setenta, una estética que el paso del tiempo ha convertido en puro «kitsch». A nosotros nos parece un elemento muy destacable dotado de originalidad y sentido del humor. Desde El Agitador proponemos que sea tenido en cuenta como icono principal de un Caspe que, aunque no lo parezca, también fue pop.